Radio Armonia http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/tags/tag/222 Thu, 02 May 2024 13:50:55 -0400 es-es internet@armonia.cl (Web Radio Armonia) Aprender los principios bíblicos con un videojuego http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=423:aprender-los-principios-biblicos-con-un-videojuego http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=423:aprender-los-principios-biblicos-con-un-videojuego Los videojuegos son los primeros elementos multimedia por los que muchos niños acceden a la tecnología digital. Les atraen, los adquieren y al poco tiempo los dominan casi perfectamente con sus pequeños dedos. Por ello, el objetivo de "Espíritu Guerrero" es enseñar la fe a través de esta herramienta.

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Mon, 17 Nov 2014 11:58:12 -0300
La fuerza que gobierna la vida http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=235:la-fuerza-que-gobierna-la-vida http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=235:la-fuerza-que-gobierna-la-vida Hay tres tipos de vida en la tierra; las plantas, los animales y la vida humana. Cuando Dios los creó, también Él creó una fuerza que los gobierna a cada uno de ellos.

La vida vegetal simplemente tiene un cuerpo, y es gobernada por las estaciones. Génesis 8:22 dice: “Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches”. La vida animal tiene alma y cuerpo cuya fuerza gobernante es como el "CHIP" de una computadora al que llamamos "instinto". Cada animal está programado para comportarse de una manera determinada. Dios le dijo a Jeremías: “Aun la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo deben emigrar” (Jeremías 8:7).

¿Cuál es la fuerza que gobierna a los seres humanos? En el principio, Dios nos creó para ser habitados por Su Espíritu, el cual constituye la fuerza que rige a la humanidad. Pero después de la caída, Dios retiró Su Espíritu, y por lo tanto todos nacemos separados de Él. Si una planta pierde las estaciones del año, morirá. Si un animal pierde su instinto, no sobrevivirá, y sin la fuerza gobernante del Espíritu de Dios, estamos separados de Él y espiritualmente muertos.

Separados de Dios, estamos naturalmente destinados a seguir los caminos de este mundo, y permanecemos muertos en nuestros pecados. Romanos 6:23 dice: “Porque la paga del pecado es muerte”. Se refiere al tiempo presente; no dice que moriremos un día, sino que al estar separados de Dios, ya estamos muertos espiritualmente. El verdadero problema no radica en lo que hacemos, sino lo que somos en nuestra condición de pecadores. Estamos separados de la vida de Dios, y esta separación es la causa de nuestro pecado. Pero en Su amor por nosotros, Dios proveyó un camino de regreso a Él a través de Su Hijo, no sólo para pagar el castigo por nuestros pecados, sino para ser habitados por Él, convirtiéndonos así en personas espiritualmente vivas. Sin ese nuevo nacimiento, nuestra habilidad para vivir la vida espiritual nunca estará arraigada, sino que continuamente estará afectada por confusión, frustración y frecuentemente por desesperación.

Para muchas personas, el lado de sus vidas del que menos conscientes son, es el espiritual, pero ese lado es exclusivamente humano. Es lo que nos hace ir más allá, fuera de nosotros mismos para encontrar respuestas a las preguntas que sólo los seres humanos pueden hacer. ¿Para qué estoy aquí? ¿Hacia dónde me dirijo? ¿De qué se trata todo esto? Esa es la parte esencial de nosotros diseñada para conocer a Dios, y ser habitados por Él. Su Espíritu que vive en nosotros es la fuerza gobernante que nos da la capacidad de vivir plenamente satisfechos y felices, que es la forma como Dios quiere que vivamos.

Vive la Verdad



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Fri, 16 Jun 2017 16:23:00 -0400
Lamentando nuestra pobreza http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=392:lamentando-nuestra-pobreza http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=392:lamentando-nuestra-pobreza Cuando Jesús habla a cerca de lamento y luto en las bienaventuranzas, Él no está hablando de muerte y funerales, sino que está relacionándolo con algo que ocurrió anteriormente. Cuando reconocemos y enfrentamos nuestra “pobreza en espíritu”, podemos hacer cualquiera de estas dos cosas: podemos ocultarla y fingir que no existe o podemos enfrentarla con honestidad, llorándola y lamentándola.

Llorar y lamentar nuestra “pobreza en espíritu” significa arrepentimiento. El arrepentimiento no consiste simplemente en sentirnos mal por lo que hayamos hecho o hayamos dejado de hacer, sino consiste en que reconozcamos que la causa de lo que hacemos, es lo que somos. En nuestro estado natural, somos pecadores, no porque pequemos, sino porque ésa es nuestra naturaleza inherente. Cuando nacimos en esta existencia, Dios no miró desde el cielo y dijo: “Ese es un bebe muy lindo, espero poder conservarlo.” Entonces, luego un día pecamos y Dios con tristeza dijo: “¡Oh, no! otro que se ha ido”. La realidad, es que todo lo que Dios espera de nosotros es el fracaso, porque la condición natural de nuestro corazón es una condición de corrupción y por lo tanto, pecamos.

Pablo escribió acerca de sí mismo: “Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano y estoy vendido como esclavo al pecado” (Romanos 7:14). Pablo lo que está haciendo es una descripción de sí mismo, en su estado natural, es decir, apartado de Dios, y aclara lo que somos en nuestra naturaleza original. Nuestra naturaleza original, al estar separados de Dios, es esencialmente corrupta y no podemos por nuestros propios medios escapar de ella. Es por eso que tenemos que enfrentar y llorar nuestra “pobreza en espíritu”.

El arrepentimiento no es un hecho que toma lugar una vez en el tiempo, sino es una actitud permanente y es una disposición de corazón; el arrepentimiento implica un cambio de mente, que nos lleva a cambiar las cosas que no son de Dios por las cosas que sí son de Dios. El arrepentimiento consiste en pasar de la dependencia de nosotros mismos a la dependencia de Dios, e implica que vivamos no en nuestras propias fuerzas, sino en la fortaleza de Cristo. El arrepentimiento consiste en dejar de vivir a nuestra manera y pasar a vivir a la manera de Dios...

Cuando reconocemos nuestra “pobreza en espíritu”, y la lamentamos, lo maravilloso que sucede es que descubrimos que no somos criticados, ni humillados, ni condenados a causa de nuestra pobreza espiritual, sino que en respuesta a nuestro arrepentimiento, Dios nos perdona, nos limpia y envía a Su Espíritu Santo a morar en nosotros, el “Consolador” como Jesús lo llamó. El Consolador es el antídoto a nuestra pobreza espiritual y Él viene a morar en nosotros, para que de esta manera, Él mismo remplace la corrupción de nuestro corazón por la justicia de Cristo.

Yo diría que la medida de nuestro arrepentimiento marcará la medida de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Y la tarea del Espíritu Santo es reemplazar nuestra pobreza, por las riquezas de Cristo; nuestra debilidad, por la fortaleza de Cristo; nuestra derrota, por la victoria de Cristo. El Consolador, es la presencia de Cristo en nosotros y Su permanente presencia en nosotros es infinitamente reconfortante.

Vive la Verdad



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Tue, 30 May 2017 17:27:00 -0400