Pensando más allá de la muerte</h1> <article> <h1>Pensando más allá de la muerte</h1> <p>2017-06-06T13:29:00-04:00</p> <p>La muerte persigue al hombre. A través de los tiempos poetas, filósofos y otros escritores han tratado de explicar, comprender y sobrellevar la realidad de la muerte.<br /><br />El famoso escritor Ernest Hemingway estaba obsesionado con la idea de la muerte. Su padre, un intelectual, se había suicidado cuando Ernest era un joven. Como resultado, Hemingway quiso demostrar a la humanidad que no le temía a la vida ni a la muerte. Irónicamente, en un arranque de ira y debilidad humana, a los 61 años cometió suicidio.<br /><br />La Biblia reconoce que la muerte física es inevitable. En Hebreos 9:27 leemos que "está establecido para los hombres que mueran..." En cierto sentido todos somos enfermos terminales. Todos hemos de morir a menos que Cristo regrese durante nuestra vida.<br /><br />Alguien dijo con acierto: "Los jóvenes pueden morir, los viejos deben hacerlo." La muerte física es el enemigo más obstinado y acérrimo de la humanidad. Pero no es el adversario más peligroso.<br /><br />La Biblia distingue entre muerte física (que eventualmente todos debemos enfrentar) y muerte espiritual (que todos experimentamos de manera inicial). En su acepción básica, muerte significa separación de algo o de alguien. Implica soledad. Como consecuencia de su pecado, el hombre comienza la vida separado de Dios y espiritualmente muerto.<br /><br />Jean Paul Sartre, el famoso filósofo existencialista, observó con exactitud: "El hombre está solo." A no ser por una relación personal con Dios y un compromiso con El, el hombre está muerto espiritualmente y está muy solo.<br /><br />La Biblia también menciona la muerte eterna o la "segunda muerte" (Apocalipsis 20:14). Esta muerte es una separación de Dios, pero separación eterna e irreversible. <span style="font-size: 12.16px;">Todo el que rehúse entregar su vida a Jesucristo aquí en la tierra, ha de experimentar esta muerte eterna.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">La muerte física no es el final de la existencia del hombre. La cuestión es dónde pasaremos la eternidad usted y yo--en el cielo </span><span style="font-size: 12.16px;">o en el infierno. No hay otra alternativa. La realidad de la muerte y el infierno debiera motivarnos como cristianos a compartir el evangelio de Jesucristo con los inconversos.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">Aproximadamente 150.000 personas mueren diariamente en el mundo. La mayoría pasa a una eternidad sin Cristo. La historia a menudo ha registrado las últimas palabras de quienes se dan cuenta de que, por haber rechazado a Cristo, no tienen esperanza.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">Voltaire, el conocido ateo francés, declaró: "En veinte años no habrá más cristianismo. Una sola mano mía destruirá el edificio que fuera levantado por doce apóstoles." Sin embargo, al enfrentarse con la muerte, exclamó: "Dios y los hombres me han abandonado." El médico de Voltaire expresó su asombro por el tormento espiritual que experimentó su paciente antes de pasar a la eternidad.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">En contraste, el gran evangelista Juan Wesley declaró en su lecho de muerte: "Lo mejor de todo es que Dios está conmigo." Murió satisfecho y feliz de estar en la presencia de su Señor.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">La muerte no tiene por qué obsesionar a los cristianos. Si hemos entregado nuestra vida a Jesucristo, tenemos un glorioso futuro esperándonos más allá de la muerte.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">¿No da alegría y paz a nuestro corazón saber que esto es una realidad, al saber que más allá de la muerte hay un maravilloso porvenir junto a Dios mismo?</span></p> <p><br /><em><a href="http://www.luispalau.net" target="_blank">Ministerio Luis Palau</a></em></p> <p><br /><br /></p> </article> </main></body></html>