titleRadio Armonia <subtitle type="text">Una señal en el aire, para confesar que: “Jesucristo es el Señor, para Gloria de Dios Padre". Fil. 2:11</subtitle> <link rel="alternate" type="text/html" href="http://www.radioarmonia.cl"/> <id>http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/tags/tag/312-doctrina</id> <updated>2024-05-03T08:31:24-04:00</updated> <author> <name>Web Radio Armonia</name> <email>internet@armonia.cl</email> </author> <link rel="self" type="application/atom+xml" href="http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/tags/tag/312-doctrina?format=feed&type=atom"/> <entry> <title>Estar en el mundo, y no ser del mundo 2017-08-22T11:58:37-03:00 2017-08-22T11:58:37-03:00 http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=674:estar-en-el-mundo-y-no-ser-del-mundo Super User <p>Históricamente, los cristianos han entendido que su llamado es a estar en el mundo pero no ser del mundo. Como Os Guinness señaló en una serie perceptiva de artículos sobre el movimiento de crecimiento de la iglesia, el evangelismo tradicional no sólo resistió las influencias mundanas, sino que también solía hacer énfasis en el "desafío cognitivo" del espíritu del mundo.<br /><br />Ahora, sin embargo, "el mundo se ha vuelto tan poderoso, dominante y atractivo que la postura tradicional de desafío cognitivo se ha vuelto rara y casi inconcebible" ("Reciclando el compromiso del liberalismo", Tabletalk [mayo 1992], 51.). En algún momento, los evangélicos decidieron hacer amistad con el mundo.<br /><br />Guinness señaló que a pesar de que somos llamados a estar en el mundo pero no ser del mundo (Juan 17:14 -18), muchos cristianos han invertido la fórmula, siendo del mundo, mientras que en realidad no están en el mundo. Ellos hicieron esto al permitir que la televisión por cable, los reproductores de vídeo, radio y otras formas de comunicación infundieran los valores del mundo a sus pensamientos, mientras que se aíslan de cualquier participación personal con la gente del mundo que necesita desesperadamente el Evangelio.<br /><br />"Los evangélicos están superando hoy en día a los liberales como modernizadores religiosos supremos - y conciliadores" escribe Guinness (Ibid.). La filosofía impulsada por el mercado tan popular entre los evangélicos modernos no es más que "un reciclaje del error del liberalismo clásico" (Ibíd.).<br /><br />La razón por la que mayoría de los evangélicos fue tomada por sorpresa por el modernismo hace cien años es que los liberales surgieron de entre las filas evangélicas, utilizaban el vocabulario evangélico y ganaron aceptación a través de incesantes llamamientos a la paz y la tolerancia. Nuevos movimientos de crecimiento de la iglesia están siguiendo exactamente el mismo curso; y esa táctica ha tomado por sorpresa a los evangélicos una vez más.<br /><br />La mayoría de las mega-iglesias dirigidas por el mercado insisten en que nunca pondrían en peligro la doctrina. Son atractivas para los evangélicos precisamente porque dicen ser tan ortodoxas en su doctrina como poco ortodoxas en su metodología. Multitudes han sido aseguradas por esas promesas y han simplemente abandonado su espíritu crítico, por lo que su vulnerabilidad ha aumentado. Desafortunadamente, el discernimiento verdadero es escaso entre los evangélicos modernos.<br /><br />Al igual que los modernistas hace un siglo, las iglesias en el movimiento “amigable” han decidido que la doctrina es divisiva - la paz es más importante que la sana doctrina. Queriendo agradar a la edad moderna, han delimitado su mensaje como un diálogo amable, agradable y relevante; y no como una confrontación con el Evangelio de Cristo.<br /><br />Los aspectos relevantes de nuestra época moderna - el radicalismo, el aborto, el feminismo, la homosexualidad y otros temas morales con carga política - plantean la amenaza más obvia para las iglesias “amigables”. Su teología indefinida y filosofía sensible a quien está en la búsqueda no permiten tomar una postura bíblica firme sobre tales asuntos, porque en el momento que desafían el espíritu de la época, pierden su atractivo comercial. Por tanto, están obligadas a guardar silencio o ceder. De cualquier manera, comprometen la verdad.<br /><br />Si una iglesia no está dispuesta a adoptar una postura firme en contra del aborto, ¿cómo va a hacer frente a la erosión de la doctrina fundamental? Si una iglesia no tiene discernimiento suficiente para condenar este tipo de errores manifiestos como la homosexualidad o el feminismo, ¿cómo va a manejar un ataque sutil a la integridad doctrinal?<br /><br />Muchas iglesias evangélicas han abandonado por completo la predicación enérgica sobre el infierno, el pecado y la ira de Dios. Afirman que el atributo principal de Dios es la misericordia - que anula y sustituye a Su santidad, justicia, ira y soberanía.<br /><br />En lugar de hacer frente a la mayor necesidad de la humanidad - el perdón de los pecados – los sermones modernos tratan temas contemporáneos, problemas psicológicos (depresión, trastornos de la alimentación, la imagen personal), relaciones personales, temas motivacionales y otros asuntos de moda.<br /><br />La filosofía impulsada por el mercado de las iglesias “amigables” no permite que tomen fácilmente posiciones doctrinales lo suficientemente firmes como para oponerse a las falsas enseñanzas. Su perspectiva sobre el liderazgo los lleva a contratar a comerciantes que pueden vender más que pastores bíblicamente calificados para poder enseñar. Su acercamiento al ministerio está tan alejado de la doctrina que no pueden educar a sus congregaciones contra los errores sutiles. Eludiendo la controversia, se sitúan en una posición en la que no pueden oponerse a la enseñanza falsa que se hace pasar por el evangelismo.<br /><br />De hecho, las nuevas tendencias de la teología parecen ideales para la filosofía amigable. ¿Por qué habría de oponerse esa iglesia a tales doctrinas? Pero debemos oponernos, si hemos de ser fieles a la Palabra de Dios y mantener un testimonio evangélico. Los enfoques pragmáticos del ministerio no tienen respuestas a los peligros que enfrenta el cristianismo bíblico hoy. El pragmatismo promete iglesias más grandes, más gente y una iglesia viva, pero en realidad es sabiduría carnal - en bancarrota espiritual y en contra de la Palabra de Dios.<br /><br />Las técnicas de mercadeo solo ofrecen la promesa de popularidad y aprobación mundana. Desde luego, no ofrecen ninguna protección contra los peligros de la degradación que conduce a la ruina espiritual.<br /><br />La única esperanza es un retorno a la Escritura y a la sana doctrina. Nosotros, los evangélicos, tenemos que recuperar empeñosamente nuestra determinación a ser bíblicos, nuestra negativa a conformarnos según el mundo, nuestra voluntad de defender lo que creemos y nuestro coraje para desafiar la falsa enseñanza. A menos que despertemos colectivamente a los actuales peligros que amenazan nuestra fe, el adversario nos atacará desde dentro; y no seremos capaces de resistir.<br /><br />"Sin duda, debe haber algunos que se arrojan al lado del amor vil cobarde de la paz; y hablan a favor de nuestro Señor y de Su verdad. Muchos tienen un espíritu cobarde y sus lenguas están paralizadas. ¡Oh, por un estallido de verdadera fe y celo santo!" (Charles Haddon Spurgeon).<br /><br /><br /><em>Dr. John MacArthur</em><br /><em><a href="http://www.gracia.org/Recursos.aspx?p=&amp;article=657" target="_blank">Gracia a Vosotros</a></em></p> <p><br /><br /></p> <p>Históricamente, los cristianos han entendido que su llamado es a estar en el mundo pero no ser del mundo. Como Os Guinness señaló en una serie perceptiva de artículos sobre el movimiento de crecimiento de la iglesia, el evangelismo tradicional no sólo resistió las influencias mundanas, sino que también solía hacer énfasis en el "desafío cognitivo" del espíritu del mundo.<br /><br />Ahora, sin embargo, "el mundo se ha vuelto tan poderoso, dominante y atractivo que la postura tradicional de desafío cognitivo se ha vuelto rara y casi inconcebible" ("Reciclando el compromiso del liberalismo", Tabletalk [mayo 1992], 51.). En algún momento, los evangélicos decidieron hacer amistad con el mundo.<br /><br />Guinness señaló que a pesar de que somos llamados a estar en el mundo pero no ser del mundo (Juan 17:14 -18), muchos cristianos han invertido la fórmula, siendo del mundo, mientras que en realidad no están en el mundo. Ellos hicieron esto al permitir que la televisión por cable, los reproductores de vídeo, radio y otras formas de comunicación infundieran los valores del mundo a sus pensamientos, mientras que se aíslan de cualquier participación personal con la gente del mundo que necesita desesperadamente el Evangelio.<br /><br />"Los evangélicos están superando hoy en día a los liberales como modernizadores religiosos supremos - y conciliadores" escribe Guinness (Ibid.). La filosofía impulsada por el mercado tan popular entre los evangélicos modernos no es más que "un reciclaje del error del liberalismo clásico" (Ibíd.).<br /><br />La razón por la que mayoría de los evangélicos fue tomada por sorpresa por el modernismo hace cien años es que los liberales surgieron de entre las filas evangélicas, utilizaban el vocabulario evangélico y ganaron aceptación a través de incesantes llamamientos a la paz y la tolerancia. Nuevos movimientos de crecimiento de la iglesia están siguiendo exactamente el mismo curso; y esa táctica ha tomado por sorpresa a los evangélicos una vez más.<br /><br />La mayoría de las mega-iglesias dirigidas por el mercado insisten en que nunca pondrían en peligro la doctrina. Son atractivas para los evangélicos precisamente porque dicen ser tan ortodoxas en su doctrina como poco ortodoxas en su metodología. Multitudes han sido aseguradas por esas promesas y han simplemente abandonado su espíritu crítico, por lo que su vulnerabilidad ha aumentado. Desafortunadamente, el discernimiento verdadero es escaso entre los evangélicos modernos.<br /><br />Al igual que los modernistas hace un siglo, las iglesias en el movimiento “amigable” han decidido que la doctrina es divisiva - la paz es más importante que la sana doctrina. Queriendo agradar a la edad moderna, han delimitado su mensaje como un diálogo amable, agradable y relevante; y no como una confrontación con el Evangelio de Cristo.<br /><br />Los aspectos relevantes de nuestra época moderna - el radicalismo, el aborto, el feminismo, la homosexualidad y otros temas morales con carga política - plantean la amenaza más obvia para las iglesias “amigables”. Su teología indefinida y filosofía sensible a quien está en la búsqueda no permiten tomar una postura bíblica firme sobre tales asuntos, porque en el momento que desafían el espíritu de la época, pierden su atractivo comercial. Por tanto, están obligadas a guardar silencio o ceder. De cualquier manera, comprometen la verdad.<br /><br />Si una iglesia no está dispuesta a adoptar una postura firme en contra del aborto, ¿cómo va a hacer frente a la erosión de la doctrina fundamental? Si una iglesia no tiene discernimiento suficiente para condenar este tipo de errores manifiestos como la homosexualidad o el feminismo, ¿cómo va a manejar un ataque sutil a la integridad doctrinal?<br /><br />Muchas iglesias evangélicas han abandonado por completo la predicación enérgica sobre el infierno, el pecado y la ira de Dios. Afirman que el atributo principal de Dios es la misericordia - que anula y sustituye a Su santidad, justicia, ira y soberanía.<br /><br />En lugar de hacer frente a la mayor necesidad de la humanidad - el perdón de los pecados – los sermones modernos tratan temas contemporáneos, problemas psicológicos (depresión, trastornos de la alimentación, la imagen personal), relaciones personales, temas motivacionales y otros asuntos de moda.<br /><br />La filosofía impulsada por el mercado de las iglesias “amigables” no permite que tomen fácilmente posiciones doctrinales lo suficientemente firmes como para oponerse a las falsas enseñanzas. Su perspectiva sobre el liderazgo los lleva a contratar a comerciantes que pueden vender más que pastores bíblicamente calificados para poder enseñar. Su acercamiento al ministerio está tan alejado de la doctrina que no pueden educar a sus congregaciones contra los errores sutiles. Eludiendo la controversia, se sitúan en una posición en la que no pueden oponerse a la enseñanza falsa que se hace pasar por el evangelismo.<br /><br />De hecho, las nuevas tendencias de la teología parecen ideales para la filosofía amigable. ¿Por qué habría de oponerse esa iglesia a tales doctrinas? Pero debemos oponernos, si hemos de ser fieles a la Palabra de Dios y mantener un testimonio evangélico. Los enfoques pragmáticos del ministerio no tienen respuestas a los peligros que enfrenta el cristianismo bíblico hoy. El pragmatismo promete iglesias más grandes, más gente y una iglesia viva, pero en realidad es sabiduría carnal - en bancarrota espiritual y en contra de la Palabra de Dios.<br /><br />Las técnicas de mercadeo solo ofrecen la promesa de popularidad y aprobación mundana. Desde luego, no ofrecen ninguna protección contra los peligros de la degradación que conduce a la ruina espiritual.<br /><br />La única esperanza es un retorno a la Escritura y a la sana doctrina. Nosotros, los evangélicos, tenemos que recuperar empeñosamente nuestra determinación a ser bíblicos, nuestra negativa a conformarnos según el mundo, nuestra voluntad de defender lo que creemos y nuestro coraje para desafiar la falsa enseñanza. A menos que despertemos colectivamente a los actuales peligros que amenazan nuestra fe, el adversario nos atacará desde dentro; y no seremos capaces de resistir.<br /><br />"Sin duda, debe haber algunos que se arrojan al lado del amor vil cobarde de la paz; y hablan a favor de nuestro Señor y de Su verdad. Muchos tienen un espíritu cobarde y sus lenguas están paralizadas. ¡Oh, por un estallido de verdadera fe y celo santo!" (Charles Haddon Spurgeon).<br /><br /><br /><em>Dr. John MacArthur</em><br /><em><a href="http://www.gracia.org/Recursos.aspx?p=&amp;article=657" target="_blank">Gracia a Vosotros</a></em></p> <p><br /><br /></p> La Verdadera Fe persevera 2017-05-11T14:14:00-03:00 2017-05-11T14:14:00-03:00 http://www.radioarmonia.cl/inicio/index.php/component/content/article?id=279:la-verdadera-fe-persevera Super User <p>Es crítico comprender lo que la doctrina bíblica de la perseverancia no significa. No significa que las personas que “aceptan a Cristo” puedan vivir entonces de la manera que les plazca sin temor al infierno. La expresión de “seguridad eterna” se utiliza a veces en el sentido tal como que “una vez salvo, siempre salvo”. R. T. Kendall, argumenta la última frase definiendo su significado de la siguiente manera:<br /><br />“Quien una vez cree verdaderamente que Jesús fue resucitado de la muerte y confiesa que Jesucristo es el Señor, irá al cielo cuando muera. Pero no termina ahí. Dicha persona irá al cielo cuando muera sin importar qué obra (o falta de ella) pueda acompañar dicha fe.” (Once Saved, Always Saved, p.19).<br /><br />Kendalll también escribe: “Espero que nadie tome esto como un ataque a la Confesión de Westminster. No lo es.” (p.22). ¡Pero es precisamente eso! Kendall expresamente debate en contra de la afirmación de Westminster, que la fe no puede fallar. <br /><br />Él cree que lo que mejor caracteriza a la fe es una simple mirada: “uno solo necesita ver al Portador de los Pecados, una vez para ser salvo” (p.23). Este es un ataque a gran escala en contra de la doctrina de la perseverancia afirmada en la Confesión de Westminster. Peor aún, mina, quebranta la Escritura misma. Desafortunadamente, es una opinión que creen cristianos en nuestros días.<br /><br />John Murray, comentando acerca de esta tendencia hace ya medio siglo, defendió la expresión “la perseverancia de los santos”:<br /><br />Este no es el mejor interés de la doctrina involucrada sustituir la definición de origen “La Seguridad del Creyente”, no porque sea errónea en sí misma, sino porque la otra fórmula  es mucho más cuidadosa y está implícitamente incluida. No es cierto que el creyente está seguro por siempre no importa cuánto pueda caer en pecado e infidelidad. ¿Por qué no es cierto? <span style="font-size: 12.16px;">No es cierto porque establece una combinación imposible. Es cierto que el creyente peca; él puede caer en pecado grave y retroceder por períodos largos de tiempo. Pero también es cierto que el creyente no puede abandonarse al pecado; él no puede estar bajo el dominio del pecado; él no puede ser culpable de ciertos tipos de infidelidad. <br /><br />La verdad es que la fe de Jesucristo es siempre respecto a una vida en santidad y fidelidad. Y por lo tanto no es apropiado jamás, pensar acerca de un creyente independientemente de sus frutos en la fe y santidad. Decir que un creyente está seguro sea cual fuere el alcance de su adicción al pecado en su vida, es extraer fe en Cristo de su definición y a ese abuso transformarlo de la gracia de Dios en lascivia. La doctrina de la perseverancia es la doctrina en que los creyentes perseveran…y no significa que ellos serán salvos independientemente de su perseverancia o continuación, pero que ellos seguramente perseverarán. Consecuentemente, la seguridad que les pertenece es inseparable de su perseverancia. ¿No es eso lo que dijo Jesús? “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">No debemos entonces refugiarnos en nuestra pereza o estimular nuestra pecaminosidad con la abusada doctrina de la seguridad del creyente. Sepamos apreciar la doctrina de la perseverancia de los santos y reconozcamos que podemos considerar la fe de nuestra seguridad en Cristo sólo mientras que perseveremos en la fe y la santidad hasta el final. (Redemption Accomplished and Applied, 154-55)<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">Cualquier doctrina de seguridad eterna que excluye la perseverancia, distorsiona la propia doctrina de la salvación. El cielo sin santidad ignora el propósito para el cual Dios eligió y redimió a Su Pueblo:<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">Dios nos ha elegido para este propósito. “Nos escogió en Él (Cristo) antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Efesios 1:4). Nosotros hemos sido predestinados para ser conformados a la imagen de Cristo en toda Su pureza (Ro. 8:29). Esta elección divina nos da la certeza que seremos como Él cuando Él aparezca (1 Juan 3:2). De este hecho, Juan deduce que todos quienes tengan su esperanza en Él se purifican tal como Cristo es puro (1 Juan 3:3). La forma de utilizar la palabra “todos” da la certeza de que aquellos que no se purifican no verán a Cristo, ni serán como Él. Mediante su falta de purificación, probarán que no estaban predestinados. El apóstol por lo tanto le asesta un duro golpe al Antinomianismo. (Richard Alderson, No Holiness, No Heaven!, p.88)<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">La propia santidad de Dios requiere perseverancia. “La gracia de Dios asegura nuestra perseverancia, pero esto no significa que no somos responsables de perseverar”. Los creyentes no pueden adquirir “"el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" a menos que “prosigan a la meta” (Fil. 3:14). Pero a medida que ellos "trabajan (su) salvación con temor y temblor" (Fil. 2:12), se encuentran con que "Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:13).</span></p> <p><br /><a href="http://www.gracia.org/recursos.aspx?p=a&amp;article=614" target="_blank">Gracia a Vosotros</a></p> <p><br /><br /></p> <p>Es crítico comprender lo que la doctrina bíblica de la perseverancia no significa. No significa que las personas que “aceptan a Cristo” puedan vivir entonces de la manera que les plazca sin temor al infierno. La expresión de “seguridad eterna” se utiliza a veces en el sentido tal como que “una vez salvo, siempre salvo”. R. T. Kendall, argumenta la última frase definiendo su significado de la siguiente manera:<br /><br />“Quien una vez cree verdaderamente que Jesús fue resucitado de la muerte y confiesa que Jesucristo es el Señor, irá al cielo cuando muera. Pero no termina ahí. Dicha persona irá al cielo cuando muera sin importar qué obra (o falta de ella) pueda acompañar dicha fe.” (Once Saved, Always Saved, p.19).<br /><br />Kendalll también escribe: “Espero que nadie tome esto como un ataque a la Confesión de Westminster. No lo es.” (p.22). ¡Pero es precisamente eso! Kendall expresamente debate en contra de la afirmación de Westminster, que la fe no puede fallar. <br /><br />Él cree que lo que mejor caracteriza a la fe es una simple mirada: “uno solo necesita ver al Portador de los Pecados, una vez para ser salvo” (p.23). Este es un ataque a gran escala en contra de la doctrina de la perseverancia afirmada en la Confesión de Westminster. Peor aún, mina, quebranta la Escritura misma. Desafortunadamente, es una opinión que creen cristianos en nuestros días.<br /><br />John Murray, comentando acerca de esta tendencia hace ya medio siglo, defendió la expresión “la perseverancia de los santos”:<br /><br />Este no es el mejor interés de la doctrina involucrada sustituir la definición de origen “La Seguridad del Creyente”, no porque sea errónea en sí misma, sino porque la otra fórmula  es mucho más cuidadosa y está implícitamente incluida. No es cierto que el creyente está seguro por siempre no importa cuánto pueda caer en pecado e infidelidad. ¿Por qué no es cierto? <span style="font-size: 12.16px;">No es cierto porque establece una combinación imposible. Es cierto que el creyente peca; él puede caer en pecado grave y retroceder por períodos largos de tiempo. Pero también es cierto que el creyente no puede abandonarse al pecado; él no puede estar bajo el dominio del pecado; él no puede ser culpable de ciertos tipos de infidelidad. <br /><br />La verdad es que la fe de Jesucristo es siempre respecto a una vida en santidad y fidelidad. Y por lo tanto no es apropiado jamás, pensar acerca de un creyente independientemente de sus frutos en la fe y santidad. Decir que un creyente está seguro sea cual fuere el alcance de su adicción al pecado en su vida, es extraer fe en Cristo de su definición y a ese abuso transformarlo de la gracia de Dios en lascivia. La doctrina de la perseverancia es la doctrina en que los creyentes perseveran…y no significa que ellos serán salvos independientemente de su perseverancia o continuación, pero que ellos seguramente perseverarán. Consecuentemente, la seguridad que les pertenece es inseparable de su perseverancia. ¿No es eso lo que dijo Jesús? “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">No debemos entonces refugiarnos en nuestra pereza o estimular nuestra pecaminosidad con la abusada doctrina de la seguridad del creyente. Sepamos apreciar la doctrina de la perseverancia de los santos y reconozcamos que podemos considerar la fe de nuestra seguridad en Cristo sólo mientras que perseveremos en la fe y la santidad hasta el final. (Redemption Accomplished and Applied, 154-55)<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">Cualquier doctrina de seguridad eterna que excluye la perseverancia, distorsiona la propia doctrina de la salvación. El cielo sin santidad ignora el propósito para el cual Dios eligió y redimió a Su Pueblo:<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">Dios nos ha elegido para este propósito. “Nos escogió en Él (Cristo) antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Efesios 1:4). Nosotros hemos sido predestinados para ser conformados a la imagen de Cristo en toda Su pureza (Ro. 8:29). Esta elección divina nos da la certeza que seremos como Él cuando Él aparezca (1 Juan 3:2). De este hecho, Juan deduce que todos quienes tengan su esperanza en Él se purifican tal como Cristo es puro (1 Juan 3:3). La forma de utilizar la palabra “todos” da la certeza de que aquellos que no se purifican no verán a Cristo, ni serán como Él. Mediante su falta de purificación, probarán que no estaban predestinados. El apóstol por lo tanto le asesta un duro golpe al Antinomianismo. (Richard Alderson, No Holiness, No Heaven!, p.88)<br /><br /></span><span style="font-size: 12.16px;">La propia santidad de Dios requiere perseverancia. “La gracia de Dios asegura nuestra perseverancia, pero esto no significa que no somos responsables de perseverar”. Los creyentes no pueden adquirir “"el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" a menos que “prosigan a la meta” (Fil. 3:14). Pero a medida que ellos "trabajan (su) salvación con temor y temblor" (Fil. 2:12), se encuentran con que "Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:13).</span></p> <p><br /><a href="http://www.gracia.org/recursos.aspx?p=a&amp;article=614" target="_blank">Gracia a Vosotros</a></p> <p><br /><br /></p>