Una caja caliza de 2.000 años de edad, que algunos creen que contiene los restos de Santiago, el hermano de Jesucristo, está lista para exponerse al público en Israel este año, a pesar de que está desencadenando reacciones por parte de los católicos que rechazan que Cristo tuviese hermanos biológicos.
La famosa revista "Biblical Archeology Review" dio a conocer en 2002 el descubrimiento de un osario de piedra caliza del primer siglo de nuestra era con una inscripción en idioma arameo que decía lo siguiente: "Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús".
La noticia dio la vuelta al mundo. ¿Acaso se había encontrado un resto arqueológico que se refería a Santiago (o Jacobo, sinónimos), el hermano de Jesucristo? En el momento del hallazgo no se dudó en que estos eran sus restos, pero en junio del 2003 la Dirección de Antigüedades de Israel anunció que el osario no era auténtico.
Sin embargo, varios expertos reunidos en Atlanta en noviembre de 2003 han sostenido la autenticidad del osario, y, además, el número de la revista "Biblical Archeology Review" correspondiente a enero-febrero de 2004 ha vuelto a publicar un artículo favorable también a la autenticidad de este objeto arqueológico.
Oded Golan, el coleccionista de antigüedades de Israel que es dueño del osario de piedra caliza, insiste en que "esta es la evidencia más antigua que menciona el nombre de Jesucristo", John Meier, profesor de la Universidad Notre Dame, apoyó por su parte la hipótesis de Lemaire y señaló que "por primera vez, se pueden poner las manos en algo próximo a Jesús".
EL OSARIO
La caja encontrada, un osario, de 50 centímetros de largo y unos 27,5 de ancho, muestra en una de sus caras el siguiente texto en arameo, escrito con una forma de cursiva usada, según los expertos, sólo entre los años 10 y 70 del siglo I: 'Ya'akov bar Yosef akhui di Yeshua' ('Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús').
Este texto hace referencia a José (nombre que coincide con el esposo de Maria, padre adoptivo de Jesús), a Jacobo (o Santiago, nombre que coincide con el hijo de María y José que se mencionan en la Biblia como hermano de Jesús) y además confirma la existencia de un "Jesús" que tuvo parentesco con estas personas, y que como es lógico lleva a pensar en Jesús de Nazaret.
Entre el año 1 y el 70 de nuestra era se considera que era frecuente el uso de los osarios. Transcurrido un año por lo menos de la muerte, los familiares recogerían los restos para pasarlos a un osario. Seguramente los restos del Jacobo del osario serían retirados de la caja por los familiares poco antes de la destrucción de Jerusalén el año 70.
Análisis de laboratorio realizados por el Servicio Geológico de Israel han confirmado que la piedra caliza de que está hecha la urna proviene del área de Jerusalén. La pátina que la recubre es, según el mismo examen, la propia de un objeto que ha permanecido largo tiempo en una cueva.
Según el paleógrafo André Lemaire, de la Universidad de "La Sorbona", que es quien dio a conocer el descubrimiento, este osario, que se encuentra vacío y es propiedad de un coleccionista que vive en Israel, "proporciona la más sólida mención de la época del Nuevo Testamento a la figura central de la Cristiandad y es el primer descubrimiento arqueológico que corrobora las referencias bíblicas hacia Jesús".
El experto indicó que en el siglo I de nuestra era no era usual escribir varios nombres en estas cajas funerarias. De las decenas de osarios encontrados hasta ahora, solamente en dos se hacen referencias a un hermano del muerto. Por ello, el experto francés interpreta que la palabra ‘Jesús’ que aparece en este osario se debe a que debía ser una persona muy popular o que llegó a representar un papel de cierto relieve en su época.
Hershel Shanks, director de la Revista Biblical Archeology Review , sigue manteniendo que el osario es auténtico. Varios expertos reunidos en Atlanta en noviembre de 2003 han sostenido la autenticidad del osario hasta el día de hoy, esta caja forma parte de una colección privada de antigüedades en Israel y el nombre de su propietario no ha sido revelado. Según algunas fuentes, se trata de un coleccionista judío que habría pagado por la pieza entre 200 y 700 dólares a un anticuario hace 15 años.
SANTIAGO, HERMANO DE JESÚS
Son variadas las referencias que tenemos del apóstol Santiago, hermano del Señor, en las Sagradas Escrituras. A él se refiere Pablo (El Apóstol) en la carta a los Gálatas (1,18-19), cuando dice "No vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el hermano del Señor". Este Santiago sería el mismo al que se refiere Lucas en el capítulo 15 versículo 13 de los Hechos de los Apóstoles. Y Santiago es uno de los hermanos de Jesús que se cita en el Evangelio de Mateo (13, 55-56).
Josefo, conocido historiador judío, se refiere a Santiago así: "Así pues, habiendo pensado esta clase de persona, Anano, que disponía de una ocasión favorable porque Festo había muerto y Albino estaba de camino, convocó una reunión de jueces y llevó ante él al hermano de Jesús, que es llamado Mesías, de nombre Santiago, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fuesen apedreados".
Santiago, el hermano de Jesús, que sería dirigente de la comunidad judeocristiana de Jerusalén, debió ser ejecutado en el año 63 de nuestra era, aproximadamente. Según el paleógrafo André Lemaire, el osario estaría datado en el año 63 después de Cristo y se trataría de una nueva evidencia histórica de la existencia de Jesús de Nazaret.
Lemaire reconoce que de los cuarenta mil habitantes que tenía Jerusalén en aquella época, los nombres de Jacobo, José y Jesús eran muy comunes y, desde un punto estadístico, podría haber unos veinte que se llamaran Jacobo y que, además, fueran hijos de José y hermanos de Jesús. Sin embargo, contra esta objeción estadística, Lemaire señala que "es muy dudoso que hubiera un Jacobo que tuviera un hermano que mereciera el honor de ser mencionado en su tumba".
De todos modos, este hallazgo no altera el estado de la cuestión en relación con los posibles hermanos de Jesús, pues, como ya se ha visto, en el Nuevo Testamento ya se hablaba de Santiago, el hermano del Señor. Por último, debe también recordarse que este no es el único hallazgo arqueológico que confirma el carácter histórico de personajes protagonistas de los Evangelios. Así, en Cesárea Marítima se halló hace ya unos años una inscripción en la que se menciona expresamente al procurador Poncio Pilato.
Y, además, en el año 1990 tuvo lugar un descubrimiento todavía más espectacular. En Jerusalén, durante la construcción de un parque se encontró una cueva funeraria para los huesos de los muertos. Uno de los cofres funerarios contenía la inscripción "José, hijo de Caifás". Según los especialistas, se trata del cofre funerario del sumo sacerdote Caifás.
The Christian Post / Protestante Digital