La ciudad cubana de Sancti Spíritus ha cumplido recientemente quinientos años de su fundación y lo ha celebrado, no solamente por su medio milenio de existencia sino por la presencia de 17 terapistas, mecánicos y personal auxiliar del ministerio de "Joni y sus Amigos".

Cinco pastores integrantes del programa Pastoral de Personas con Discapacidad del Consejo de Iglesias de Cuba y representantes de la Asociación Cubana de Limitados Físicos Motores, ACLIFIM, todos y todas estaban emocionados y dispuestos a hacer entrega de las 220 sillas de ruedas recolectadas y reparadas en los Estados Unidos de América por el ministerio de referencia.

Informe de la Iglesia Bautista Enmanuel
El trabajo, arduo por ser la entrega personalizada y modificando cada una de las sillas según necesidad de cada persona, no solamente dio alegría a los seleccionados por la ACLIFIM para recibirlas, sino que los pastores presentes entregaban a cada persona o familia asistente un ejemplar de la Biblia, siempre y cuando quisieran aceptarla.

Junto con la entrega se ofrecía una conversación pastoral para alimentar la fe y la confianza en Dios, animar a las personas a buscar de Dios y de la guía del Espíritu Santo para sus vidas, o simplemente para conversar sobre los valores culturales del “Libro de libros”.

Cinco familias que por una u otra razón se habían apartado de la fe cristiana decidieron asumir nuevamente la fe perdida, 57 personas que no conocían el valor de la Gracia salvadora de Jesucristo dieron a conocer su interés por hacerla propia. Nadie rehusó recibir la Palabra, todos y todas la aceptaron como algo valioso y necesario en todo hogar.

“Nunca antes mi hijo había tenido una silla que le brindara tanta comodidad… mire como se sonríe”, expresó conmovida una madre de un pequeño con parálisis cerebral infantil severa.  Un padre nos recordó: “hace nueve años, cuando mi niño solamente tenía 6 años de edad ustedes me dieron una silla de ruedas que satisfizo todas las necesidades del niño y una Biblia. Esto nos ayudó a buscar de la fe en Jesucristo a tal extremo que mi hijo ya es miembro de una iglesia por bautismo y ahora, que ya es todo un jovencito tiene una nueva silla acorde con su tamaño y discapacidad”.

Los testimonios, las expresiones de alegría, de solidaridad, de gratitud no faltaron porque en la Villa del Espíritu Santo- Sancti Spiritus- como la nombraron los colonizadores, el gozo se hizo realidad en medio de la visible unidad en medio de la diversidad, ¿Quién puede decir que no tuvimos un nuevo Pentecostés?

ALC Noticias