Continuamos estudiando el capítulo 6 del libro de Juan cuando Jesús enseña de que verdaderamente él es el pan de vida.

Jesús ya había mostrado su poder sobrenatural al multiplicar el alimento para 5.000 hombres, sin contar a las mujeres y niños presente, cubriendo así la necesidad física de comida para aquellos que había indo a escucharlo. Pero destaca ahora, como él es más importante y necesario que cualquier alimento, porque si comemos pan, volveremos a tener hambre, pero cuando buscamos a Jesús, nuestra alma es saciada.

 

Porción estudiada:

"Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente". Juan 6:53-58 

Vea aquí la reflexión completa: