Los días martes a partir de las 10:00 horas, como es habitual en Nuevas Cada Mañana, tenemos distintos invitados o invitadas a compartir una amena conversación referente a temas que nos interesan como sociedad. Fue así que este martes recién pasado estuvo como invitada la hermana fonoaudióloga Scarlet Madariaga, quien abordó un tema muy especial titulado “¿Qué es TEA? y cómo la iglesia puede acompañar.

La hermana Scarlet cuenta que años atrás, se hablaba de autismo, asperger, autismo de alto funcionamiento o síndrome de Rett o también, el médico hablaba de trastorno generalizado del desarrollo; pero, hoy en día todos estos diagnósticos se engloban en un solo término: TEA, que es la sigla que se usa para describir el trastorno de espectro autista.

Cuando se habla de espectro se refiere a que existe una variedad de características que se pueden dar. La fonoaudióloga comenta que lo único que tienen en común los TEA es el diagnóstico, porque cada persona TEA es completamente distinta, diversa.

 Se le define como espectro, ya que no puede ser medible debido que hay un gran abanico de posibilidades, ninguno igual al otro.

En el trastorno autista debemos nosotros, como sociedad, entenderlos e incluirlos y No ellos entendernos a nosotros e incluirse. Pero ¿cómo podemos saber si un niño o niña es TEA?

Una de las primeras características es que el niño o niña presenta problemas de interacción social, le cuesta comunicarse, no sabe bien como utilizar el lenguaje, evita el contacto ocular, tiene patrones estereotipados, acciones repetitivas, requiere la mismas rutinas o estímulos sensoriales, se obsesiona con algo específico.  Todas estas características engloban el espectro autista. Finalmente, el que determina el diagnóstico será el neurólogo o psiquiatra infantil.

Para los padres y familia en general, existen varias etapas previas a un diagnóstico. Primero, está la etapa en que los padres están descubriendo lo que pasa con su hijo o hija, tienden a ver la fatalidad, lo que  pasa con el colegio cuando ya están escolarizados, y después, viene la confirmación del diagnóstico en que los padres viven una especie de duelo, en donde primero se vive la negación en muchas ocasiones, luego la asimilación, en que ya los padres se atreven a contar que su hijo o hija es TEA. Viene una carga emocional muy fuerte. La familia necesita que no les cuestionen y que comprendan que su pequeño o pequeña requiere de cosas distintas. No es mal enseñado o mal enseñada. Debemos como iglesia acompañar a la familia en este proceso.

Qué mejor que la congregación a la cual asisten, pueda estar abierta a los cambios que se deben realizar para hacer más grata la estadía de ese pequeño o pequeña, pero también hacer más grata la estadía de la familia. La comprensión, la empatía, el aceptar, no poner una etiqueta, son cualidades muy importantes a considerar. La familia de un niño o una niña TEA debe sentirse acogida por su iglesia local.

 

Le compartimos a continuación el link donde puede volver a escuchar en detalle esta interesantísima entrevista, a la vez que le invitamos a estar atentos la próxima semana en que nuevamente la fonoaudióloga Scarlet Madariaga estará como invitada para contarnos de qué se trata la reciente promulgada “Ley TEA”.

 

 

mañana de edificación

 

conversaciones en armonia 16 horas entre hermanos y pastores