En Nuevas cada mañana y como cada jueves, recibimos la visita del Pastor Juan Carlos Campos, quien nos llevó en un tiempo de estudio de la Palabra del Señor, basado en Génesis capítulo 4, reflexionando sobre la historia de Caín y Abel y como cada cual representaba la obediencia y desobediencia al Padre.

“Abel resulta ser tranquilo, simple, quien elige la naturaleza para vivir, tiene la oportunidad de conocer y ensimismarse de todo lo creado, al contrario de Caín quien tenía un carácter mucho más fuerte. Esto es el reflejo de simientes espirituales distintas que comienzan a manifestarse, recibiendo incluso las mismas enseñanzas”, dijo.

Según el siervo de Dios, la vida y los actos de Caín y Abel, estaban determinados por el estado espiritual de cada uno. “Caín, a través de su forma de actuar, revela la función de la carne, del poder del yo que prevalece en su corazón. En cambio de Abel surge la cimiente de la fe en el creador. Valora lo que Dios hizo un día y, por eso, lleva una ofrenda semejante a la que Dios había abierto para vestir a sus Padres”.

Sobre las ofrendas entregadas al Señor, agregó: La ofrenda de Abel representa el sacrificio del cordero en la cruz, porque actuó conforme a lo que estamos sacando de las escrituras. Caín pudo ir al huerto y traer un cordero al altar, pero nuestra mente es muchas veces infranqueable, por eso actuó de esa forma”.

“Debemos ir al altar y ofrendar la verdadera ofrenda, un corazón arrepentido viviendo la obra de Cristo para poder salir de nuestra condición. No es posible que como hermanos nos sintamos satisfechos si hay alguna clase de desliz semejante al que existió entre Caín y Abel”, concluyó.  

  

  

  

 

 

mañana de edificación

 

conversaciones en armonia 16 horas entre hermanos y pastores