La fotografía fue inventada en 1839, y apenas 11 años después la palabra “pornógrafo” fue sembrada en nuestro diccionario – sin estar conscientes del furor tipo Zeus que había de venir con la infidelidad virtual que algún día estaría tan cerca como a un inofensivo “Clic aquí” .

Así, este mercado negro, ahora más aceptado y corriente debido mayormente a la revista Playboy de Hugh Hefner (1ra edición 1953), es hoy un gigante de aproximadamente $4.9 billones. A principios de esta década el dominio llamado business.com fue vendido por un monto record de $7.5 millones, y al mismo tiempo sex.com fue valorado en $65 millones. En su lugar tal vez deberíamos llamarlo red de relaciones sexuales, ya que un estimado de 28,258 personas cada segundo ven pornografía, mayormente hombres (72%) pero también mujeres (28%). Cada 39 minutos un nuevo video pornográfico es creado en Estados Unidos.

Los Cristianos no son Inmunes
Cuando se realizó una encuesta, 53% de los hombres que asistían a la iglesia Promise Keeper dijeron que habían visto pornografía esa semana. Más del 45% de Cristianos admitieron que la pornografía es un problema importante en su hogar. Una encuesta anónima conducida recientemente por Pastors.com reportó que 54% de los pastores admitieron haber visto pornografía en el último año. En un boletín de noticias en línea 34% de las mujeres lectoras del Today’s Christian Woman (Mujer Cristiana Actual) admitieron haber entrado intencionalmente a porno de internet. Una de cada seis mujeres que leyeron Today’s Christian Woman dijeron que luchaban con la adicción a la pornografía.  (Today’s Christian Woman, Otoño 2003).

La infidelidad virtual no está limitada a ver dos desconocidos copular en lo que hasta hace unas pocas décadas era considerado un acto sagrado. Así, con el fin de salvar, sanar y proteger nuestro matrimonio de la pornografía, necesitamos adoptar un entendimiento más amplio de este mundo pernicioso y resbaladizo, entendiendo que en la actualidad la infidelidad virtual golpea tanto a los esposos como a las esposas.

El hecho es que el medio electrónico, que incluye Internet, toca ambos sexos. Más y más mujeres no solamente están viendo pornografía, sino que están entrando anónimamente a los cuartos de “chat” y es más probable que actúen en la vida real lo que otros apenas están escribiendo. Y como los vendedores saben, han sido siempre las mujeres que han fantaseado acerca de relaciones con hombres además de sus esposos a través de novelas, y ni mencionar las novelas de romance o revistas tales como Cosmopolitan o cualquier otra hermana menor de la pornografía.

La infidelidad virtual que separa a las parejas y matrimonios es más que visual. Surge a partir de la fantasía, escape o despecho de sentir no satisfecha la necesidad del ser humano de ser abrazado, amado y entendido – en una palabra, la necesidad de conectar el cuerpo y el alma. Lo cual es un regalo dado por Dios. Piense en la infidelidad virtual como cualquier cosa – imágenes, cuartos de “chat” con palabras en ellos – que reemplazan al marido actual con alguien más en los recovecos suyos más íntimos. Donde el descontento crece y encona en una nueva fea y no intencional creación.

Ambos géneros son tentados
La infidelidad virtual tienta a cada género en formas similares y divergentes. Una tentación del esposo hacia la infidelidad virtual es erosiva: visiblemente desde afuera y más fácil de ver. La tentación de la esposa es más sutil y matizada, haciéndola corrosiva: menos visible, atacando desde adentro y más difícil de ver, reconocer y curar.

Esta espada de doble filo de la infidelidad virtual es el resultado de un deseo bueno, de conexión humana, yéndose por un camino errado y no viendo su máscara, lo que es parte de la definición del pecado. Conexión emocional y física puede resultar en un estado de relajación bendecido, escape, y elación (la palabra francesa para orgasmo, La petite mort, significa “pequeña muerte” la pérdida de conciencia del mundo que lo rodea). Todos son regalos de Dios, como resultado de su gran amor hacia nosotros. Estos regalos benditos y conexiones crean una pequeña vacación del estrés y la tensión normal de la vida que crea vínculos misteriosos pero reales. Desafortunadamente, la infidelidad virtual nos tienta a tomar mini-vacaciones con alguien que no es nuestro esposo o esposa. Necesitamos saber tomarlas el uno con el otro –un acto sagrado y a veces difícil.

Las soluciones para la infidelidad virtual van desde pasar de la ilusión a la realidad y de pasar de una actitud pasiva a una postura firme en el matrimonio. Esposos y esposas necesitan reforzar su coraje y ser honestos acerca de sus deseos íntimos y al mismo tiempo, reforzar su entendimiento y ser realista acerca de lo que esperan del género que es similar pero también diferente.

Por: Paul Coughlin