El pasado jueves 10 de noviembre, los pastores Boris Rodríguez y Eduardo González se dieron cita con el pastor Patricio Curinao como invitado, para tratar un tema muy relevante a la luz de las escrituras: “El Sufrimiento para glorificar a Dios”.

Sin lugar a dudas un tema nada fácil para nosotros los cristianos que pensamos que por el sólo hecho de ser hijos de Dios, el dolor no nos puede alcanzar. Pero esto está muy lejos de nuestra realidad, lo cierto es que en algún punto de nuestra vida nos tendremos que enfrentar a situaciones muy difíciles, que nos causaran sufrimiento.

Nosotros fuimos creados a imagen de Dios, ¿Ha pensado usted cómo habría sido nuestra vida si el pecado no hubiera entrado en el mundo creado por Dios?. Lo que sí sabemos es que una vez que entró el pecado en el corazón del hombre, también apareció el sufrimiento, los problemas psicológicos, la vergüenza, el dolor.

El sufrimiento viene de la mano con la caída del ser humano.

Paul Washer dice: “Los apóstoles nunca trataron de enseñar a la gente cómo evitar el sufrimiento, más bien lo predijeron y estuvieron decididos a preparar a las personas para ello”.

1º Pedro 4: 12-16 nos dice: “Amados no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si una cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los sufrimientos de Cristo. Tenemos que hacer una diferencia importante entre el sufrimiento que viene por el propósito de Cristo y el sufrimiento que viene por nuestro propio pecado.

El apóstol Pedro nos dice que no debemos sorprendernos ni ver el sufrimiento como algo que es extraño, ajeno a nosotros.

Algunos piensan que el dolor no debe ser parte de la vida de un cristiano; Pero nosotros debemos tener una postura bíblica frente a éste, porque tarde o temprano el dolor nos alcanzará y sin duda éste producirá en nuestras vidas fruto.

Usando la experiencia de Job, vemos que Dios diseñó la experiencia de dolor de él para llevarlo a una experiencia mucho más gratificante.

El pastor Patricio como consejo práctico, avalado en las escrituras nos invita a analizar si el dolor que cada uno de nosotros puede estar viviendo viene de una situación que no buscamos o es consecuencia de nuestro propio pecado. Obviamente, no significa que nos tenemos que alejar del Señor, sino reconocer que hemos fallado, pedir perdón frente al hecho y rogar al Señor para que nos ayude y nos de la gracia para vivir las consecuencias que queden de esa situación.

Con respecto al sufrimiento que viene fuera de nosotros, que no es por causa nuestra, sino más bien por el pecado de otros, debemos procurar no guardar resentimientos, procurar, como dice la escritura “ En tanto que dependa de ustedes, estad en paz con todos”.

Hay situaciones de dolor, que vamos a tener que enfrentar, como por ejemplo la pandemia, el duelo, una crisis financiera.

Necesitamos una teología clara con respecto al dolor. Necesitamos que la luz de la palabra ilumine nuestra mente y corazón, guardándonos, protegiéndonos, para que cuando llegue el sufrimiento, tengamos las promesas del Señor a nuestro alcance y nos ayuden a enfrentar las situaciones que vamos a tener que vivir. La palabra del Señor al estar en abundancia en nosotros producirá en nosotros una mirada distinta a cómo el mundo puede estar viviendo la misma situación de dolor. Digamos como el salmista: “Aunque ande en valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmos 23: 4).

Nos falta tiempo para escribir todo lo planteado por los pastores, sus experiencias personales frente al dolor y tantas otras citas bíblicas que nos hablan de éste y cómo usarlo para la gloria de Dios.

Repase nuevamente este programa y vuelva a escucharlo. Hay muchos más por recibir de parte del Señor a través de este programa.