No hay nación que sea más fuerte que sus hogares. Un proverbio chino dice: "Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación". La unidad familiar es la célula básica sobre la que se construye la sociedad. Sin embargo, la fragmentación de las familias será el derrumbe de nuestra civilización.

Hay cuatro actitudes prevalentes que atacan al hogar desde todas las direcciones: El secularismo declara: "Disfruta tanto como puedas porque sólo se vive una vez". El materialismo dice: "Consigue más, compra más, construye más". El sensualismo se une bombardeándonos con inmoralidad y perversión a través de los medios de comunicación. El humanismo secular concluye diciendo: "Gloria al HOMBRE en las alturas--y fuera con la deidad".

Estas filosofías han conseguido corroer la unidad de la familia. ¿Por qué? Porque se oponen a las indicaciones de Dios para hogares felices. Después de todo, El fue quien inventó la familia. Y en la Biblia El nos ha dejado su modelo tanto a esposos como a padres e hijos.

En primer lugar, la Biblia enseña que debemos descansar en los puntos fuertes de cada uno. En Efesios 5:21 leemos: "Honren a Cristo sometiéndose unos a otros" (BD). Partiendo de la base que Cristo es el Señor de nuestra familia, debemos tratarnos con respeto como El ha ordenado. No puedo imponer mi voluntad continuamente, ni tampoco pueden hacerlo mi esposa ni mis hijos.

Debemos buscar la voluntad de Dios, hacer las cosas a Su manera.

Es necesaria la sumisión para que haya orden y estabilidad. De lo contrario, todos tratan de hacer lo suyo sin orden de ningún tipo. Una famosa canción habla de hacer las cosas "A mi manera". Si usted lo intenta y hace las cosas a su manera, herirá a muchos en el proceso, incluso a usted mismo.

Existe el concepto de que el hombre no puede mostrar debilidades, la creencia de que él debe usar una máscara para ocultar sus verdaderos sentimientos. Totalmente falso. La Biblia enseña que el marido debe confiar en su esposa y la mujer debe descansar en su esposo como líder espiritual del hogar...

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