“Cuando estableces y tratas de lograr incondicionalmente metas consistentes con tus principios y valores, te conviertes en la persona que fuiste creada para llegar a ser, satisfaciendo y alcanzando tu verdadero propósito”, Tommy Newberry (en "El Éxito no es casualidad").

El fin y principio de año es un tiempo de meditación y de replanteamiento de metas para el nuevo año. Sin embargo, durante al año cuando ya hemos tomado el ritmo de la rutina diaria, nos sumergimos en ella y no tenemos el tiempo suficiente para reflexionar sobre lo que queremos hacer con nuestra vida. El tener algunos días libres, ya sea que nos quedemos en casa, vayamos a la playa o a la montaña, nos permite sacar ese ratito para reflexionar. Pensamos no sólo en lo que hemos hecho en el año que pasó, sino también en lo realizado a lo largo de nuestra vida, y nos replanteamos nuestro futuro.

Después de este proceso de reflexión viene la acción. Queremos cambiar las cosas inmediatamente, queremos alcanzar sueños, queremos cumplir metas. Pero, ¿Cómo lo hacemos? - Desde mi punto de vista, los cambios personales pueden clasificarse en tres tipos:

1) Cambios en el corto plazo con efectos inmediatos.

2) Cambios en el mediano plazo con efectos inmediatos que además pueden perdurar en el tiempo o no.

3) Cambios en el largo plazo (es decir, procesos) que nos permitirán recibir sus frutos en el futuro y para siempre.

- Los cambios en el corto plazo son aquellos generalmente asociados con nuestra imagen o la parte externa. Puede ser cambiarse de “look”, un corte de cabello, un cambio de tinte, cambiar el guardarropa, cambiar de carro, pintar la casa, etc. Estos cambios se pueden ejecutar de forma inmediata y podemos ver los resultados prontamente.

Por ejemplo: Hace unos días fui al salón de belleza; desde el momento que ingresé al salón hasta el momento que salí transcurrieron aproximadamente 2 horas. Pero el cambio en mi apariencia física fue extraordinario. Fue un cambio rápido y con resultados inmediatos. Lo malo es que la belleza externa con la que salí de aquel salón solo me duró como 3 días. En fin, los cambios en el corto plazo son rápidos, nos hacen sentir bien en forma momentánea, pero usualmente su efecto no es tan duradero...

- Los cambios en el mediano plazo son aquellos en donde tenemos que poner un poco más de esfuerzo para lograrlos. Por ejemplo bajar de peso, iniciar una disciplina deportiva, nutricional o cambiar de hábitos. Estos cambios requieren una decisión, un esfuerzo intencionado y acciones permanentes y consecuentes. Los efectos podríamos empezar a verlos en el corto plazo pero su desarrollo pleno durará un poco más en observarse. Por ejemplo, una persona que empieza a ejercitarse después de mucho tiempo de no hacerlo, “sentirá” en forma inmediata el efecto de los ejercicios; ya sea que le duela el cuerpo después de realizar sus primeras sesiones, o bien que el propio inicio de la actividad física le haga sentirse bien emocionalmente.

Pero una buena salud y condición física requerirá de perseverancia a través de los días. Los cambios de mediano plazo podrían perdurar en el tiempo o no, dependiendo de qué tan consistente sea usted con esos cambios logrados. Si usted deja estos procesos “tirados” o no los realiza en forma permanente con el paso de los meses se esfumaran sus resultados. Esto ocurre mucho con las dietas nutricionales o las rutinas de ejercicios, las personas las practican por un tiempo pero luego vuelven a sus hábitos de siempre y entonces los beneficios alcanzados se pierden rápidamente.

- Los cambios en el largo plazo son todas aquellas decisiones firmes que tomamos que implican necesariamente un cambio de “mentalidad”, es decir, que para poder alcanzar estas metas o sueños debo realmente estar convencido de que quiero alcanzarlo y pagar el precio por lograrlo. Usualmente los cambios en el largo plazo se ubican en nuestro ser interior, nacen desde un deseo profundo, se manifiestan en cambios de actitudes y en decisiones de carácter permanente. No se abandonan fácilmente porque se convierten en una “forma de vida” y se adhieren a la persona como parte normal de sus actividades. Los cambios en el largo plazo traen beneficios que se muestran en la parte externa de las personas, pero más en el ser interior y le dan crecimiento y madurez.

Ahora bien, si este nuevo año quiero realmente lograr cambios que perduren en el largo plazo, debería seguir los siguientes pasos o recomendaciones:

1. Busque asesoría o consejería personal con un profesional o experto en el tema que usted desea mejorar. Tratar de llevar adelanto procesos de cambio en compañía es más fácil, e impedirá que usted abandone sus metas por falta de motivación. Otra persona le podrá estar recordando sus compromisos y le animará a seguir adelante.

2. Escriba en un papel (póngalo por escrito, visible) sus metas: defina ¿Qué es lo que quiere hacer o lograr?, ¿Para cuándo debería tener esta meta cumplida?, ¿Cómo lo va a hacer?, ¿Qué necesitará para hacerlo?

Contestar estas preguntas le dará mayor claridad y le ayudará a no olvidar lo que se ha propuesto ni la estrategia que utilizará para alcanzarlo.

3. Hágase un chequeo. En otras palabras, pregúntese ¿Adonde estoy en este momento, en qué estoy bien y qué debo mejorar?. Es bueno saber el punto de partida y además conocer las áreas fuertes y las áreas débiles que necesito mejorar.

4. Adicional a su consejero o asesor busque un grupo de apoyo. La compañía ayudará mucho, sobre todo si se trata de metas que requieren esfuerzo físico o cambio de hábitos importantes.

5.Use elementos motivadores. Por ejemplo, si usted quiere empezar a correr cómprese un buen equipo (ropa deportiva, tennis, etc.) que sea adecuado para la actividad que va a realizar. Esto le ayudará porque tendrá los recursos adecuados y le incentivará a esforzarse más para lograr sus metas.

6. Empiece despacio. No se sobre esfuerce. Si lo hace así quizás se cansara más rápido y abandonará la actividad por cansancio o enfermedad.

7. Póngase metas cuantificables. Es decir, tareas concretas que usted pueda ir midiendo. Siguiendo el ejemplo de la persona que quiere empezar a correr, primero salga a caminar, que las caminatas sean cada vez más vigorosas, luego trote, cuando esté listo inicie corriendo 500 metros, luego 1 kilometro, luego 2 y así sucesivamente. Alcanzar una meta baja le motivará para seguir a otra un poco más alta e ir mejorando cada día un poquito más.

8. Siempre piense en “ir más allá”. Cuando usted haya logrado sus sueños, piense en algo más que le mantenga motivado y expectante.

Y recuerda: “Un poco de ánimo puede desencadenar un gran logro”.


Astrid Marin
Consejera de Enfoque a la Familia

 

 

mañana de edificación

 

conversaciones en armonia 16 horas entre hermanos y pastores

 

 

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