Un grupo de 31 familias evangélicas expulsadas por motivos religiosos han regresado a su tierra y su hogar esta semana, en el ejido Pushila, en el municipio de Altamirano, informó el gobierno del estado de Chiapas. Desde hace varios años en ese estado mexicano se ha registrado una fuerte persecución a cristianos evangélicos.

Después de las negociaciones entre autoridades ejidales, municipales, desplazados y la mediación de la subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno, se estableció un acuerdo de respeto mutuo entre las familias evangélicas y católicas.

Esto ha propiciado el retorno de 180 evangélicos que fueron expulsados hace dos años.Los lugareños se refugiaron inicialmente en el ejido Nueva Galilea, después en el poblado Carmen Rusia. Fue de allí de donde salieron para llegar el jueves por la noche a su lugar de origen.

En un comunicado, el secretario general de gobierno, Eduardo Ramírez Aguilar, aseguró que el acuerdo encauzará la distensión y un clima de gobernabilidad en la región. Afirmó que el compromiso del gobierno estatal es atender de manera puntual estos conflictos con reuniones y diálogos entre las diferentes asociaciones religiosas.

Puntualizó que la finalidad es impulsar la tolerancia, el respeto, así como la armonía y paz social donde existan diferencias por motivos de culto o creencias.

Se informó que durante el retorno de las familias estuvieron representantes evangélicos y católicos. Lo mismo que autoridades de la secretaría General de Gobierno y del ayuntamiento del municipio de Altamirano.

En toda la región de Chiapas se ha producido una persecución a los evangélicos que, en algunos casos, ha conllevado la expulsión y el destierro de familias enteras.
 
El Universal / Protestante Digital

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