La Escritura siempre aparece veraz a las situaciones de la vida. No intenta paliar los hechos desagradables. Por el contrario, nos ayuda a entender y a tratar los problemas porque comenta francamente las vicisitudes de quienes nos precedieron.
El Rey David, por ejemplo, comenzó muy bien en su vida para Dios. Cuando joven, sirvió al Señor con celo. Permaneció fiel a los mandamientos de Dios aun cuando mes tras mes tuvo que huir para salvar su vida.
Pero cuando David se acercó a la edad madura, se topó con tres peligros que lo tomaron desprevenido (2 Samuel 11). Cada uno de nosotros también habrá de enfrentarse con los mismos peligros en algún momento de la vida. Si no respondemos apropiadamente a estos peligros, hemos de experimentar lo que los psicólogos denominan "una crisis de la mediana edad" o "de la edad madura".
¿Cuáles son estos peligros? El primero es el peligro del cansancio y el hastío. David experimentó este cansancio después de años de luchar contra los enemigos de Israel. En vez de atacar a los amonitas con su ejército, una primavera David decidió quedarse en su casa para descansar en Jerusalén (2 Samuel 11:1 BD).
El cansancio nos golpea después de haber trabajado en el mundo por 15 ó 20 años. Tal vez usted haya estado casado por ese tiempo y la vida se haya convertido en una rutina. En ese punto el hastío nos convence con facilidad de que es hora de cambiar y de tomar las cosas con calma.
En segundo lugar, con el cansancio también viene el peligro del descuido. Nadie se despierta un lunes a la mañana, diciendo: "Bueno, creo que hoy voy a arruinar mi matrimonio". Sin embargo, a menudo oímos acerca de parejas cristianas que deciden separarse después de 20 años de matrimonio. ¿Por qué? Porque fueron descuidados.
En tercer lugar , con el descuido viene el peligro de la confusión. David no siguió la brújula espiritual de la Palabra de Dios y el Espíritu Santo, y eso lo llevó a la confusión. Decidió hacer averiguaciones sobre la mujer, y antes que terminara el día cometió adulterio (2 Samuel 11:3-4).
Cuando uno es joven cree saber lo que desea para cuando llegue a los 40. Pero uno llega a los 40 y se siente atrapado por las responsabilidades, el trabajo y el matrimonio. ¿Qué hacer cuando Satanás ofrece un atractivo pero inalcanzable “cambio de ritmo”? ¿Cómo responder a los peligros de la edad madura? Tome unos momentos para leer 2 Timoteo. Es una epístola muy breve. En esta carta el apóstol Pablo explica cómo evitar la crisis de la mediana edad. “Timoteo”, dice Pablo, “no abandones la lucha. Persiste. Huye de las pasiones juveniles. Continúa firme. Prosigue en la doctrina que has aprendido. Cumple tu ministerio.”
Al leer 2 Timoteo, escriba las maneras que menciona Pablo para resistir las tentaciones satánicas de aflojar y descuidarse espiritualmente. También observe las imágenes que utiliza Pablo para describir esta constancia del cristiano -un soldado sin dobleces, un atleta disciplinado, un agricultor tenaz, un obrero fiel, un luchador persistente, un corredor que no se da por vencido.
Cuando usted deba enfrentar los peligros del cansancio, el descuido y la confusión -no importa su edad- no ore pidiendo una vida más fácil. Ore para ser un hombre o una mujer fuerte en Dios. Sin embargo, no espere a que llegue la hora de crisis para empezar a orar por esta cuestión. Comience ya mismo.
Cruzada con Luis Palau
Salomón hace una petición especial a los jóvenes: “Acuérdate de tu juventud.” Los jóvenes tienen toda una vida de servicio que ofrecerle a Dios.
No hay solución para los problemas de la vida que estamos tratando de vivir; no hay ninguna con la excepción de Jesucristo. Cristo lo formará a usted de tal manera que tendrá un futura en El.
En primer lugar, acepte a Cristo mientras es joven, y El lo inmunizará contra los estragos del diablo. Hay un diablo. El está empeñado en destruirnos, y quiere atraparlo a usted mientras es joven. Entregue su vida a Cristo antes que Satanás haya tenido de arruinarla.
Probablemente este mundo no tiene sentido para una persona sin Cristo. “¿De dónde vine? ¿Por qué estoy aqui? ¿Adónde voy?” Fuera de Cristo no hay respuestas. Estamos tratando de resolver los mismos problemasque Platón y Aristóteles y todos los demás filósofos trataron de resolver hace miles de años. Estamos todavía luchando con los mismos problemas. No tenemos soluciones, a menos que vayamos a Dios y a su Palabra.
Cristo estará con usted en una crisis, pero usted no tendrá su cuidado protector a menos que le pertenezca a El. Las palabras más tristes son: “Yo pudiera haber sido.” Cuando usted envejezca, recordará aquellos años en que tuvo tiempo para recibir a Cristo, leer la Biblia orar, ir al templo; pero no lo hizo. Deseará haberlo hecho.
Los jóvenes que usan drogas pueden quedan enviciados para toda la vida. Esos narcóticos son cada vez peores. Están destruyendo a la juventud. Pero con la fortaleza y el poder de Jesuscristo, usted puede rechazar la tentación de las drogas.
Con Cristo, usted puede rechazar la tentación del mal uso de sexo. Leí un artículo sobre un hombre víctima del SIDA, que expresó lo siguiente: “Si yo hubiera cambiado mi estilo de vida algunos años antes, todo sería distinto. Ahora es demasiado tarde. Estoy muriendo”.
En segundo lugar, Cristo le dará un propósito y una motivación. Es difficil crecer en la sociedad moderna. No es fácil ser joven e ir contra todo lo que se opone a la vida recta. La presión del grupo es extraordinaria. No creo que los jóvenes puedan hoy rechazar esas tentaciones sin la ayuda de Dios. Si usted le permite a Cristo que dirija su vida, entonces podrá enfrentarse a ellas.
¿Qué sucedería si usted vislumbrara el plan y propósito de Dios para su futuro? Dios tiene un plan para usted. Si usted va a casarse, Dios tiene una persona escogida que es la mejor para su matrimonio. Si Dios le da el don del celibato, se debe usar ese don para su gloria.
La Biblia dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criastura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Suponga que miles de jóvenes se entregaran totalmente e Cristo. Pudieran transformar nuestro mundo. ¿No sería maravilloso que todos nos entregáramos con entusiasmo a llevar el evangelio por todo el mundo y ayudar así a las personas que sufran?
En tercer lugar, Cristo le dará la seguridad de costumbres favorables. Somos criaturas de costumbre, y vivir para Cristo significa desarrollar buenas costumbres. La entereza se arraigará de tal manera que pensará en lo que es bueno y hablará lo que es correcto. Cristo no es el conductor de una ambulancia moral, que espera al pie de un precipicio para recoger a los que caen.
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud.”
En cuarto lugar, el aceptar a Cristo le enseña a usted lo que es el verdadero amor. Hoy están los padres tan ocupados que muchas veces los hijos sienten que no son amados. Debe ser prioridad de los padres amarlos, enseñarlos y ayudarlos.
Isaías dijo: “He aquí, amargura grande e sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.” Dios el Padre lo ama a usted, Cristo lo ama y Espíritu Santo lo ama tambíen; de tal manera que Cristo murió en la cruz y resucitó por usted. Reciba a Cristo, y El echará tras sus espaldas todos los pecados de usted. El ni siquiera se acordará de ellos jamás. El echará sus pecados en lo profundo del mar.
El perdón de Dios es uno de los más conmovedores misterios de la Biblia: comó el Dios todopoderoso puede perdonar las cosas terribles que hemos hecho; las leyes violadas, las promesas quebrantadas, la hipocresía. El perdona todo lo malo que hay en nuestra vida. ¿Por que? Por lo que Cristo hizo por nosotros.
¡Cristo vive! El fue resucitado de los muertos: “Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo,”
¿Sabía usted que Dios lo ama y que está dispuesto a perdonarlo? Ya recibido a Cristo en su corazón?
En quinto lugar, el recibir a Cristo le da a usted definiciones morales. Continúan disminuyendo las normas éticas de las sociedad a fin de satisfacer las nuevas situaciones del mundo moderno, pero Dios no cambia.
En sexto lugar, el aceptar a Cristo le da a usted una conciencia social. Cuando entregué mi vida a Cristo, una de las primeras cosas que comencé a notar fue los problemas raciales. Algunos años después invitamos al doctor Martin Luther Kind a Nueva York para que la hablara a nuestro equipo evangelístico. Nos hicimos amigos. Trabajamos juntos porque teníamos el mismo objetivo cuando se trata de resolver los problemas raciales.
En séptimo lugar, el tener a Cristo en su vida le da la oportunidad de tener los mejores amigos. La mayoría de los jóvenes son conformistas o rebeldes; pero Cristo llama a los jóvenes a rebelarse contra los moldes mundanos. La Biblia dice: “No os conforméis a los deseos que antes teníais". Cuando usted se entrega a Cristo, puede haber, y debe haber, un cambio en las amistades.
Muchas personas no creen verdaderamente, y no han llegado a tener una relación personal con Cristo. Recuerdo que cuando me entregué a Cristo, algunos de mis compañeros de estudio tenían muy poco que ver conmigo. Pero también recuerdo que Dios comenzó a darme nuevos amigos. Paulatinaente el Señor me ha hecho comprender que El tiene amigos para mí en todas partes.
Vaya a Cristo por medio de la fe. El será no sólo su Salvador y Señor sino también su filosofía y su credo.
¿Ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador? ¿No sabe si lo ha hecho? Tal vez no esté muy seguro de que sus pecados están perdonados. Usted no está seguro si va a ir al cielo cuando muera, pero quisiera tener esa seguridad. Usted desea tener la certeza de que así es.
Usted puede tener a Cristo en su corazón. Pídale a El que perdone sus pecados. Permita que Cristo transforme su vida. Rinda todo su vida a Él como Salvador, Señor y Maestro.
Tal vez se deba a que acabo de tener otro cumpleaños. Tal vez se deba a que soy abuelo; varias veces. O tal vez se deba a un joven seminarista, que está batallando, y a quien conocí hace poco, y que quisiera haber estado en la lista de prioridades de sus padres un poco más arriba que, digamos, en quinto o sexto lugar. Se le marginó o ignoró en su niñez, luego se sintió tolerado o malentendido en su adolescencia, y finalmente se esperaba que “sea un hombre” sin habérsele enseñado cómo serlo.
Mis palabras van dedicadas a todos ustedes que tienen la oportunidad de hacer una inversión en un hijo o hija que va creciendo, a fin de que pueda un día ser un individuo íntegro y saludable, seguro y maduro. Admito: eso es un trabajo arduo; implacable y mal agradecido... por lo menos por ahora. Surge toda tentación de escapar de las responsabilidades que son suyas, y solo suyas. Pero nadie está mejor calificado que usted para forjar el pensamiento, responder a las preguntas, ayudar en las luchas, calmar los temores, aplicar disciplina, conocer lo más íntimo del corazón, y amar y afirmar la vida de su retoño.
Cuando se trata de instruir “al niño en su camino,” usted tiene el carril preferencial, mamá y papá. Ningún maestro o entrenador, vecino o amigo, ningún abuelo o hermano, consejero o ministro, tendrá en su hijo o hija la influencia que usted tiene. Así que; ¡tómelo con calma! Recuerde (como la escritora americana Anne Ortlund lo dice): “los niños son cemento fresco.” Ellos toman la forma que usted moldea. Están aprendiendo incluso cuando usted piensa que no están observándolo. Y esos pequeños son muy listos. Oyen el tono tanto como los términos. Leen las miradas tan bien como los libros. Se figuran los motivos, incluso aquellos que usted piensa que puede esconder. No se dejan engañar; ni siquiera a la larga.
Las dos herramientas más importantes para criar hijos son el tiempo y el tacto personal. Créame, ambos son esenciales. Para que usted y yo podamos esperar que de nuestro nido salgan individuos suficientemente capaces y relativamente estables, que pueden remontarse y volar con sus propias alas, es preciso que paguemos el precio de decir que no a muchos de nuestros deseos y necesidades, a fin de interactuar con nuestros pequeños... y tendremos que continuar acortando la distancia que simplemente por naturaleza se forma conforme nuestros pequeños crecen.
Tiempo y tacto. Nada nuevo, concedo, y sin embargo los dos continúan siendo el mínimo irreducible cuando se trata de criar bien a los hijos. ¡Tómelo con calma! Escuche a su hijo o hija; mírelos a los ojos, estréchelos en sus brazos, déles un fuerte abrazo, dígales lo valiosos que son. No se contenga. Dedique tiempo para hacerlo. Extiéndase. Que sientan su toque personal.
No se quede junto a su hijo o hija como si fuera estatua, incapaz de decir lo que siente, incómodo y distante. Dedique tiempo para sentir, escuchar, tener cerca a su hijo.
Cuando se vea tentado a participar en alguna oportunidad que exige mucha energía, y que consume el tiempo, y que tan solo aumentará la distancia entre usted y sus seres queridos, deténgase y piense en el mensaje silencioso que trasmitirá. Hágase usted mismo preguntas arduas tales como: “¿Podría yo ocupar mejor mi tiempo en casa?” y “¿Acaso no habrá oportunidades similares en años futuros?” Luego dirija su atención a su hijo o hija. No se contenga al renovar la familiaridad.
¡Tómelo con calma!
La fotografía fue inventada en 1839, y apenas 11 años después la palabra “pornógrafo” fue sembrada en nuestro diccionario – sin estar conscientes del furor tipo Zeus que había de venir con la infidelidad virtual que algún día estaría tan cerca como a un inofensivo “Clic aquí” .
Así, este mercado negro, ahora más aceptado y corriente debido mayormente a la revista Playboy de Hugh Hefner (1ra edición 1953), es hoy un gigante de aproximadamente $4.9 billones. A principios de esta década el dominio llamado business.com fue vendido por un monto record de $7.5 millones, y al mismo tiempo sex.com fue valorado en $65 millones. En su lugar tal vez deberíamos llamarlo red de relaciones sexuales, ya que un estimado de 28,258 personas cada segundo ven pornografía, mayormente hombres (72%) pero también mujeres (28%). Cada 39 minutos un nuevo video pornográfico es creado en Estados Unidos.
Los Cristianos no son Inmunes
Cuando se realizó una encuesta, 53% de los hombres que asistían a la iglesia Promise Keeper dijeron que habían visto pornografía esa semana. Más del 45% de Cristianos admitieron que la pornografía es un problema importante en su hogar. Una encuesta anónima conducida recientemente por Pastors.com reportó que 54% de los pastores admitieron haber visto pornografía en el último año. En un boletín de noticias en línea 34% de las mujeres lectoras del Today’s Christian Woman (Mujer Cristiana Actual) admitieron haber entrado intencionalmente a porno de internet. Una de cada seis mujeres que leyeron Today’s Christian Woman dijeron que luchaban con la adicción a la pornografía. (Today’s Christian Woman, Otoño 2003).
La infidelidad virtual no está limitada a ver dos desconocidos copular en lo que hasta hace unas pocas décadas era considerado un acto sagrado. Así, con el fin de salvar, sanar y proteger nuestro matrimonio de la pornografía, necesitamos adoptar un entendimiento más amplio de este mundo pernicioso y resbaladizo, entendiendo que en la actualidad la infidelidad virtual golpea tanto a los esposos como a las esposas.
El hecho es que el medio electrónico, que incluye Internet, toca ambos sexos. Más y más mujeres no solamente están viendo pornografía, sino que están entrando anónimamente a los cuartos de “chat” y es más probable que actúen en la vida real lo que otros apenas están escribiendo. Y como los vendedores saben, han sido siempre las mujeres que han fantaseado acerca de relaciones con hombres además de sus esposos a través de novelas, y ni mencionar las novelas de romance o revistas tales como Cosmopolitan o cualquier otra hermana menor de la pornografía.
La infidelidad virtual que separa a las parejas y matrimonios es más que visual. Surge a partir de la fantasía, escape o despecho de sentir no satisfecha la necesidad del ser humano de ser abrazado, amado y entendido – en una palabra, la necesidad de conectar el cuerpo y el alma. Lo cual es un regalo dado por Dios. Piense en la infidelidad virtual como cualquier cosa – imágenes, cuartos de “chat” con palabras en ellos – que reemplazan al marido actual con alguien más en los recovecos suyos más íntimos. Donde el descontento crece y encona en una nueva fea y no intencional creación.
Ambos géneros son tentados
La infidelidad virtual tienta a cada género en formas similares y divergentes. Una tentación del esposo hacia la infidelidad virtual es erosiva: visiblemente desde afuera y más fácil de ver. La tentación de la esposa es más sutil y matizada, haciéndola corrosiva: menos visible, atacando desde adentro y más difícil de ver, reconocer y curar.
Esta espada de doble filo de la infidelidad virtual es el resultado de un deseo bueno, de conexión humana, yéndose por un camino errado y no viendo su máscara, lo que es parte de la definición del pecado. Conexión emocional y física puede resultar en un estado de relajación bendecido, escape, y elación (la palabra francesa para orgasmo, La petite mort, significa “pequeña muerte” la pérdida de conciencia del mundo que lo rodea). Todos son regalos de Dios, como resultado de su gran amor hacia nosotros. Estos regalos benditos y conexiones crean una pequeña vacación del estrés y la tensión normal de la vida que crea vínculos misteriosos pero reales. Desafortunadamente, la infidelidad virtual nos tienta a tomar mini-vacaciones con alguien que no es nuestro esposo o esposa. Necesitamos saber tomarlas el uno con el otro –un acto sagrado y a veces difícil.
Las soluciones para la infidelidad virtual van desde pasar de la ilusión a la realidad y de pasar de una actitud pasiva a una postura firme en el matrimonio. Esposos y esposas necesitan reforzar su coraje y ser honestos acerca de sus deseos íntimos y al mismo tiempo, reforzar su entendimiento y ser realista acerca de lo que esperan del género que es similar pero también diferente.
Por: Paul Coughlin
El primer día fue cuestión de chistes. La ciudad entera se rió del suceso. El segundo día siguieron los chistes, aunque menguaron. El tercer día y el cuarto el asunto comenzó a tomar otro cariz. Al sexto día los chistes dieron lugar al miedo. Y ya para el octavo día la situación era insoportable.
La ciudad de Bilbao, España, sufría una huelga de basureros. Los recolectores de desperdicios no daban su brazo a torcer, y miles de toneladas de basura comenzaban a heder y a difundir gérmenes letales. Parecía que la ciudad se ahogaría antes que surgiera alguna solución. Pero al fin las diferencias se resolvieron y Bilbao quedó limpia y sana otra vez.
Si hay una huelga que en verdad afecta una ciudad, es la huelga de recolectores de basura. Una huelga de choferes de autobuses paraliza por un tiempo la ciudad, pero no la asfixia. Si los obreros de una empresa de periódicos hacen huelga, no hay noticias, pero nadie se ahoga. En cambio, si los encargados de recoger los desperdicios se declaran en huelga, el resultado es desastroso. Recoger y quemar diariamente la basura es una labor imprescindible.
Así mismo sucede con nuestra alma. Si está llena de basura, tarde o temprano nos destruirá. Lo peor del caso es que nuestra alma puede acostumbrarse a la inmundicia a tal grado que ni cuenta se da del mal que en ella hay.
No nos damos cuenta, por ejemplo, del mal destructivo que produce la mentira. Hay personas que mienten con tanta facilidad que lo hacen aun cuando les es más provechoso decir la verdad. Por algo dice la Biblia que los mentirosos no entrarán en el reino de los cielos.
¿Y qué del adulterio? Manchar el matrimonio con el adulterio se ha hecho tan común que hay quien se extraña que eso se considere inmundicia. Pero por algo dice Dios que el adúltero tampoco entrará en el reino de los cielos...
Continúe leyendo en este enlace: Un Mensaje a la Conciencia
La Escritura no es ni vaga ni ambigua acerca de la promesa del retorno de Cristo. Una gran porción (según algunas estudios, tanto como la quinta parte) de la Escritura es profética, y tal vez una tercera parte o más de los pasajes proféticos se refieren a la Segunda Venida de Cristo o a eventos relacionados a ella. Es sin dudas un tema importante en la profecía de ambos, el Antiguo y Nuevo Testamento.
Y a pesar de lo que digan y se burlen algunos, Jesús viene (2 Pedro 3:3-10). La historia del mundo está dirigiéndose hacia la conclusión que Dios ya predestinó. No es un fin que vendrá como resultado de una guerra nuclear, irresponsabilidad del ambiente, o una invasión de extraterrestres; es Él que viene por el propósito y plan de Dios, predicho en la Escritura. No se equivoque – ¡Cristo sí regresará!
Aquí hay nueve razones de la Escritura por la cual usted puede estar seguro que Cristo vendrá de nuevo.
La Promesa de Dios lo Demanda
El Antiguo Testamento está lleno de la promesa mesiánica – esa promesa es su enfoque principal. Desde el principio (Génesis 3:15) al final (Malaquías 4:2), todo el Antiguo Testamento está lleno de profecías del Libertador por venir – por lo menos 333 promesas distintivas, según se puede ver.
De las más de 100 profecías acerca del primer advenimiento de Cristo, todas ellas fueron cumplidas con precisión, literalmente. Su cabalgata en un asno, el partimiento de sus ropas, la perforación de Sus manos y pies, y las vívidas profecías de Su rechazo por los hombres en Isaías 53 – todas estas pudieron haber sido interpretadas simbólicamente por académicos del Antiguo Testamento antes de Cristo. Pero el Nuevo Testamento registra repetidamente los reportes que tales cosas fueron cumplidas en el sentido más literal, “para que se cumplan las Escrituras de los profetas” (Mateo 26:56; c. 2;15; 4:14-16; 8:17; 12:17-21; 13:35; 21:4-5; 27:35; Juan 12:38 15:25; 19:24, 28)”.
La Escritura dice que Dios “no miente” y que El no cambiará Su mente (Números 23:19; Tito 1:2). Lo que Él ha prometido, Él lo hará. La veracidad de la Biblia está en peligro en la Segunda Venida.
La Enseñanza de Cristo Lo Demanda
La enseñanza terrenal de Cristo tuvo muchas referencias a Su Segunda Venida (Mateo 24-25; Lucas 21). Cuando Él estuvo en juicio por Su vida, Jesús defendió Su propia deidad con una declaración audaz acerca de la Segunda Venida en los términos más triunfantes. Él le dijo al sumo sacerdote, “Veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Marcos 14:62).
En la noche de Su traición, Cristo les dijo a sus discípulos, “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os prepararé lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). No solo está la credibilidad de Dios en peligro en la Segunda Venida, pero también la credibilidad de Su Hijo. Si Jesús no regresa, El es un mentiroso.
El Testimonio del Espíritu Santo Lo Demanda
Porque “Dios…no miente” (Tito 1:2), Su promesa garantiza la venida de Cristo. Jesús es la verdad encarnada (Juan 14:6); entonces Su enseñanza también confirma infaliblemente el hecho de la Segunda Venida. Y el Espíritu Santo, quien es llamado “el Espíritu de verdad” (Juan 14:17; 15:26), también testifica a la Segunda Venida de Cristo a través de los escritores del Nuevo Testamento.
Sea el apóstol Pablo (1 Corintios 1:4-7; Filipenses 3:20; Colosenses 3:4; 1 Tesalonicenses 4:16-17; etc.), el apóstol Pedro (1 Pedro 1:13; 5:4; 2 Pedro 3), o el apóstol Juan (1 Juan 3:2), una y otra vez, a través de las Escrituras inerrantes, el Espíritu Santo agrega Su testimonio al del Padre y el Hijo – Jesús vendrá.
El Programa de la Iglesia lo Demanda
Dios está actualmente “[tomando] de ellos [los gentiles] pueblo para su nombre” (Hechos 15:14) y juntando a Sus elegidos en un gran cuerpo, la iglesia. El papel de la iglesia es de ser como una novia pura para el Hijo propio de Dios, lista a ser presentada a Él en Su Segunda Venida.
Pablo usa esa imagen de una boda en 2 Corintios 11:2: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo”. El matrimonio es una metáfora hermosa que pinta el amor de Cristo y el cuidado por Su iglesia (Mateo 25:1-13; Efesios 5:25-27; Apocalipsis 19:6-9). Y es por eso que podemos estar seguros que El regresará para clamarla, así como El prometió (Juan 14:2-3). Él regresará por Su novia.
La Corrupción en el Mundo lo Demanda
El mundo es un lugar malvado, y cuando el “Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles…pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27). “Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28-29).
Esa esperanza bendecida de cada creyente (Tito 2:13) es el terror del mundo. Para los incrédulos, Su venida significa juicio inmediato e imparcial (1 Tesalonicenses 1:7-10; Judas 14-15; Apocalipsis 19:11-16); para creyentes – ¡gozo absoluto! Jesús debe regresar para ejecutar retribución justa sobre los pecadores y para llevar a cabo el juicio que Él prometió.
El Futuro de Israel lo Demanda
En el día de Pablo, gentiles venían a la iglesia en más grandes números que los judíos convertidos, y en Romanos 11, Pablo les recordó, “Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo” (v. 17). Pero el tiempo viene cuando las ramas serán injertadas de nuevo al olivo (vv. 23-24), un fenómeno que Pablo expresamente conectó con la venida de Cristo (v. 26). Ese es el día cuando Israel lamentará por Aquel quien fue traspasado (Zacarías 12:10), y Dios los salvará a todos (Romanos 11:26).
La Vindicación de Cristo lo Demanda
Es inconcebible que la última mirada pública que el mundo tuviera de Jesucristo fuera la de un criminal sangriento, muriendo, y crucificado, lleno de sangre, saliva, y moscas, colgando desnudo durante el crepúsculo de Jerusalén. ¿Se dio usted cuenta que después de su resurrección, Él nunca apareció en un lugar público ante incrédulos? Muchos creyentes lo vieron, le tocaron, le hablaron, y dieron un unánime testimonio que Él había resucitado de la muerte. Pero no hay registro que los incrédulos lo hayan visto.
Pero el mundo incrédulo sí verá Su gloria expuesta a todos. La Escritura dice, “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28; c. Mateo 24:27). El Salvador quien fue humillado, burlado, y puesto a morir en exposición pública del odio humano de Dios vendrá como un victorioso Señor en vista del mundo entero (Lucas 21:25-27). Y cada ojo lo verá (Apocalipsis 1:7).
La Destrucción de Satanás lo Demanda
Satanás, aunque ya un enemigo derrotado así como lo saben los cristianos, aún sigue ejercitando una clase de dominio sobre este mundo (Juan 12:31; 14:30; 16:11; 2 Corintios 4:4; Efesios 2:2; 6:12; 1 Juan 5:19). Pero Cristo es el gobernante legítimo de este mundo, y cuando Él regrese, Él derrotará y destruirá a Satanás completamente.
En Apocalipsis 5, cuando Cristo recibe el libro con los siete sellos, el título del mundo, Él desencadena el juicio cuando el sello es roto (Apocalipsis 6-7). Los siete juicios dan paso al juicio de las siete trompetas (Apocalipsis 8-9); los juicios de las trompetas dirigirán al juicio de las siete copas (Apocalipsis 16). Finalmente, después de un último esfuerzo de Satanás por retener su dominio ilegal sobre el mundo, Cristo mismo vendrá a vencer al enemigo – Él lo encadenará, lo lanzará en un hoyo sin fin, y finalmente lo confinará a un eterno lago de fuego (Apocalipsis 19). Con eso, la victoria de Cristo sobre Satanás, el usurpador, se completará.
La Esperanza de los Santos lo Demanda
Sólo la venida gloriosa y triunfante de Cristo puede cumplir la esperanza de los santos – cada verdadero creyente espera ansiosamente ese día. Pablo caracteriza a los cristianos como aquellos quienes “aman su venida” (2 Timoteo 4:8). El apóstol Juan dice, “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es” (1 Juan 3:2). La venida de Cristo instantáneamente nos llevará al cumplimiento de nuestra glorificación.
Juan después agrega estas palabras: “Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro” (v.3). Esta es la prueba de una escatología saludable: ¿Es su esperanza una influencia santificadora en su alma? ¿Está buscando algo más allá de la conmoción de este mundo con la realización que un día verá a Cristo cara a cara, y está preparando tu corazón y alma para eso? ¿Está ansioso y vigilante? ¿Está lleno de esperanza y expectativa gozosa? Esa es la actitud a la cual la Escritura nos llama.
La Segunda Venida no le debe detener de hacer lo que está haciendo para esperar la venida del Señor. Y tampoco le debe motivar a enfocar toda su atención en los eventos y desarrollos políticos de este mundo. Por el contrario, le debe inspirar a la santidad conforme dirija su corazón hacia Cristo, cuya venida es anticipada por cada creyente con gran gozo.
Uno de los momentos más desgarradores de la vida del apóstol Pedro debió haber sido la noche del arresto de Cristo cuando oyó el canto del gallo. Los cuatro Evangelios registran el evento, y con excepción del evangelio de Juan, los otros tres evangelios narran la forma en que Pedro se quebrantó y lloró amargamente. La Biblia nunca idealiza a sus personajes principales, y puede ser alentador descubrir que rara vez somos probados de una manera única y original.
Pedro era el más leal y entusiasta de todos los seguidores de Jesús. En la Última Cena, confirmó la inquebrantable devoción que el tenía por Jesús, al declarar: “aunque todos te abandonen yo jamás lo haré” Jesús le contestó: “Te aseguro, que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.” Pedro insistió: “Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré”, (Mateo 26:33-35). No hay ninguna razón para creer que la motivación de Pedro no era una motivación genuina.
Después del arresto de Jesús, Pedro lo siguió a una distancia segura, y tres veces fue acusado de haber estado con Jesús, pero con igual énfasis, negó haberlo conocido. Su sensación de alivio fue rota abruptamente cuando escuchó el canto del gallo y recordó con el corazón acongojado lo que Jesús le había dicho. Cuando se trata de promesas incumplidas, palabras de lealtad prometiendo que nunca fallaremos y de compromiso con Dios, al igual que Pedro, también escuchamos el canto del gallo en nuestras vidas.
Es un dilema al que todos nos enfrentamos cuando sinceramente deseamos agradar a Dios, pero fracasamos una y otra vez. En el huerto de Getsemaní, Jesús lo resumió para Pedro de la siguiente manera: “el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41). Es cuando experimentamos en nuestro espíritu aquello que es admirable, pero que no podemos poner en acción, que nos damos cuenta de nuestra bancarrota moral y espiritual. Todo lo que Jesús espera de nosotros es el fracaso, pues dice: “porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
Para Pedro, la mañana de lágrimas cuando el gallo cantó, hizo posible una mañana triunfal de gozo, siete semanas después. En ese lapso de tiempo, despojado de su propia suficiencia y confianza, Pedro fue capaz de pararse en el Día de Pentecostés con una nueva fuerza y una nueva vida que no era la suya. La explicación ya no era "Pedro", sino "Jesús", que había venido a vivir en él por el Espíritu Santo. Al igual que Pedro, no es sino hasta que reconocemos que hemos llegado al final de nosotros mismos y permitimos que la vida de Jesús viva en nosotros, que realmente experimentaremos Su fortaleza y Su suficiencia.
Alberto entró y pegó un portazo, le gritó al perro, pateó al gato y casi mata al canario... los niños se escondieron debajo de la cama y su esposa, con timidez, le puso un plato de sopa sobre la mesa. -Parece que papá tuvo un mal día- susurró uno de los hermanitos que se había colocado fuera de la línea de fuego.
En realidad, parecía que últimamente todos los días eran malos para papá. Alberto estaba experimentando en carne propia la presión de vivir en la esclavitud financiera. No era que Alberto Rodríguez fuera pobre ni que ganara poco en su trabajo. Lo que pasaba era que no había sueldo que alcanzara.
Uno es «esclavo» en el sentido espiritual cuando hay algo que toma el lugar de Dios en su vida. La esclavitud financiera, entonces, existe cuando el dinero y las finanzas ocupan en nuestra existencia diaria el lugar de prioridad que le corresponde al Creador. Tomemos el ejemplo de Alberto y veamos cuáles son los síntomas más comunes de la esclavitud espiritual:
1. Preocupación excesiva por las finanzas.
La persona en esclavitud financiera está en un nivel de presión económica tal, que no se puede sacar las finanzas de la cabeza. Está en el hogar y está preocupado por las finanzas, está en el trabajo y está pensando en las finanzas, está manejando su automóvil y calculando su estado económico en el banco, come y está planeando cómo hacer sus pagos. Es un manojo de nervios.
2. Enojo, ira y mal humor.
Como el tema financiero lo acosa todo el tiempo, se pone de mal humor. Grita, está nervioso, se enoja por tonterías y más vale «perderlo que encontrarlo».
3. Avaricia
Como está tan preocupado y malhumorado, quizá hasta tiene actitudes incongruentes con su carácter.
"A ver si le mandamos unos dólares a mi mamá -le pide la esposa-. La situación está tan mal que está comiendo sólo una vez por día..."
Nuestro sujeto contesta: ¡Pues que aprenda a comer una vez cada dos días!
4. Resentimiento
El resentimiento puede producirse a causa de un mal negocio. Puede también estar dirigido a la sociedad o a la iglesia por ser culpables o por no reaccionar ante la situación en la que se encuentra el individuo. El resentimiento lleva casi seguramente a la amargura y a la miseria espiritual.
5. Indulgencia
Créase o no, el individuo que está bajo mayores presiones económicas es el primero en caer en la indulgencia. Sabe que no puede pagarse un lujo, pero de todas maneras se lo da porque "se lo merece".
Necesito unas vacaciones dice el indulgente, y se compra un viaje a Hawai. De pronto, podría haberse ido al campo de su tía que le queda a dos horas de viaje de la casa y hubiera descansado igual. Pero el indulgente se va a Hawai, toma un crucero por el Caribe, se compra una nueva computadora o trae un auto "cero kilómetro" a la casa. Después de darle la noticia a su esposa, por supuesto que también debe pagar por la internación de la shockeada mujer en una unidad coronaria, pero es parte del "gusto que se merecía por haber sufrido tanto".
6. Inadecuado mantenimiento de datos
La persona que está en esclavitud financiera no sabe a dónde se le fue el dinero. Llega fin de mes y no tiene idea de cómo se gastó el sueldo. El área de los "gastos generales" es como un gran agujero negro en su universo financiero: el dinero que cae por allí ¡sólo Dios sabe a dónde va a parar! Le caen las "facturas sorpresa" y lo desequilibran. Sabe que su sueldo le debe alcanzar, pero no sabe por qué se "queda corto" cada mes.
Si usted se identifica con algunos de estos síntomas, hay dos o tres cosas que puede hacer:
Primero: Transfiera la propiedad de sus posesiones a Dios.
No es cuestión de orar y decirle a Dios que toda su vida es de El. Usted debe empezar a actuar como administrador de los bienes que Dios le dio y no como el dueño de sus propiedades. “El que confía en sus riquezas caerá” (Proverbios 11:28). Usted probablemente tenga que tomar algunas decisiones difíciles en un futuro cercano, y si usted es "dueño" de sus posesiones, de su casa o de su negocio, no podrá tomar esas decisiones con libertad.
Segundo: Acepte la dirección de Dios en su vida.
La Palabra de Dios dice: "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5-6). Comience a buscar en la Palabra de Dios (y no sólo en sus asesores financieros), cuál es el camino que Dios quiere que usted tome. Permita que el Espíritu Santo le hable, no a través de "sentimientos", sino a través de la Palabra. Recuerde que nuestro corazón es engañoso. No se deje llevar por "corazonadas". Asegúrese de que sus decisiones están cimentadas en la eterna Palabra de Dios.
Tercero: Establezca prioridades familiares correctas.
A pesar de la falta de espacio para desarrollar este tema, conviene, por lo menos, dejar un bosquejo con los puntos principales. Recuerde que el Salmo 127 advierte que a menos que Dios edifique nuestras vidas, estamos trabajando en vano. El segundo versículo dice: "Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño". Coloque a Dios en primer lugar en su vida. No a la iglesia ni a las actividades. Su relación con Dios debe ser su prioridad número uno.
Luego de su relación con Dios está la relación con su cónyuge (Efesios 5:22, 25). Recuerde que usted se casó con su cónyuge y no con sus hijos (¡ni con el jefe de su trabajo!). Muchos problemas surgen cuando ignoramos la enseñanza bíblica de que debemos dejar a nuestra madre y a nuestro padre para unirnos a nuestra esposa o esposo como si fuéramos una sola carne.
En tercer lugar está la responsabilidad hacia sus niños (Efesios 6:4 y Deuteronomio 6:6-9).
Finalmente, su responsabilidad hacia el trabajo (1 Timoteo 5:8) y/o el ministerio (Colosenses 4:17 y 1 Timoteo 3:2-5). Recuerde que si es ministro, pastor o líder, usted puede tener familia aunque su ministerio no ande bien; ¡pero no puede tener ministerio si su familia no anda bien! El ministrar efectivamente a nuestras familias es un requisito previo para poder ministrar en la obra del Señor.
Las iglesias deberían exigir que sus pastores tomen días libres semanalmente y se vayan de vacaciones por lo menos una o dos veces al año.
Si usted es un trabajador, note que su esposa es número dos, sus niños (o niñas) número tres y el trabajo está en cuarto lugar. Si su esposa o sus niños están sufriendo a causa de su trabajo, ¿quién debe ceder? ¿a quién va a sacrificar?
No es fácil vivir de acuerdo a prioridades bíblicas. Puede que signifique tener que cambiar de actividad laboral, trabajar menos, recibir menos ingresos, poseer una casa más pequeña o manejar un auto más viejo. Pero si usted comienza a vivir con prioridades familiares correctas, si acepta la dirección de Dios para su vida y se convierte en un buen administrador de los bienes, el tiempo y las relaciones que El le ha encomendado, formará parte de una exclusiva minoría de hispanohablantes que puede decir, con alegría en sus ojos, que son libres no de las preocupaciones económicas diarias sino ¡de la esclavitud de las finanzas!
Ahhh... y una cosa más: la próxima vez, por favor, cierre la puerta despacito que la acabamos de aceitar...
Asociación Luis Palau