El servicio de un recaudador tiene por objeto recoger las ofrendas que los hermanos ofrecen al Señor y que son entregadas por medio del Ministerio Armonía. Estas son buscadas en los domicilios que los colaboradores han definido. ¿Qué cualidades se esperan de un hermano recaudador?

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Recuerdo que en 1953, al principio de nuestro ministerio, estuve predicando en Dallas, Texas. Asistían casi cuarenta mil personas a cada reunión, pero una noche sólo un grupito respondió al llamado para recibir a Cristo. Dejé la plataforma desalentado. Allí estaba un comerciante alemán, un verdadero hombre de Dios, que me abrazó y me dijo: “Billy, ¿sabes lo que anduvo mal esta noche? No predicaste la cruz.”

La noche siguente prediqué sobre la sangre de Cristo, y una multitud enorme aceptó a Cristo como Salvador. Cuando proclamamos el evangelio de Cristo, cuando predicamos a Cristo crucificado y resucitado, hay un poder inherente al mensaje.

Quienes proclaman el evangelio necesitan comprender, como lo subrayó Pablo, que el hombre natural no puede aceptar la verdad de Cristo mediante el razonamiento y la lógica porque hay un velo sobre él. Es un velo sobrenatural que sólo puede ser traspasado por el Espíritu Santo.

Cuando Pablo fue a Corinto, dijo: “Pues me propuse no saber a Jesucristo, y a éste crucificado.” De esa manera él resumía su mensaje a los corintios.

¿Por qué semejante afirmación? Pablo sabía que la cruz y la resurrección tienen su propio poder comunicativo. El sabía que el Espiritu Santo toma el sencillo mensaje de la cruz, con su mensaje de amor y gracia redentora, y le infunde autoridad.

La realidad gloriosa es que el Espíritu Santo toma el mensaje, no importa cuán débil o sencillo sea, y lo trasmite a la mente y al corazón. Es la acción sobrenatural del Espíritu de Dios que quiebra los obstáculos. El Espíritu Santo es el que da el mensaje. Cuando estoy ante mis oyentes, puedo confiar en que el Espíritu Santo toque las cuerdas sensibles del alma de los que escuchan el mensaje.

En primer lugar, sé que las necesidades de la vida no son totalmente satisfechas por el progreso social ni por la abundancia material. Eso es cierto en cualquier parte del mundo. Jesús dijo que: “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Algunas de las personas más desconsoladas que conozco son millonarias.

En segundo lugar, sé que hay un vacío inherente a cada vida sin Cristo. Millones de personas claman por algo que llene ese vacío, pero nada parece satisfacerlas. El dinero no satisface y las experiencias sensuales tampoco. ¿Qué busca la gente? La gente busca a Dios porque sólo Dios satisface.

He Hablado en muchas universidades del mundo. He oído el grito lastimero de jóvenes que están intelectual, psicológica y espiritualmente perdidos. Están buscando algo que no saben lo que es.

Le pregunté al presidente de una universidad: “¿Cuál es las mayor necesidad que usted cree que tengan aquí los estudiantes?” El me contestó: “Entrega. Necesitan entregarse a algo, porque muchos no se sienten compromietidos con nada.” Ellos buscan algo. Hay un vacío en cada vida que sólo. Dios puede llenar. Cuando proclamamos el evangelio, hablamos directamente a ese vacío que hay en cada corazón, y que únicamente Jesucristo puede llenar.

En tercer lugar, sé que hay mucha gente ansiosa de compañia. Tengo un amigo que es psicólogo y teólogo en una universidad norteamericana. Un día le pregunté: “¿Cuál es el mayor problema de los pacientes que acuden a ti por ayuda?” Pensó por un instante y luego respondió: “La soledad. Y cuando usted investiga, descubre que ansían la compañia de Dios.” Hay un anhelo profundo por Dios porque el hombre está separado de su Creador.

En cuarto lugar, sé que la gente tiene un sentimiento de culpa que es devastador. El director de un hospital psiquíatrico e dijo: “Podría darle de alta a la mitad de mis pacientes si pudiera encontrar una manera de librarlos de sus sentimientos de culpa.”

Eso es precisamente lo que hace el mensaje de la cruz. Cuando hablamos de Cristo, estamos tocando de modo directo el problema irritante y deprimente de la culpa. Sólo Cristo puede dar perdón y alivio.

En quinto lugar, sé que hay un temor universitaria informó que aunque los jóvenes piensan en el sexo más que en cualquier otro asunto, la segunda cosa en que más piensan es en la muerte. Nuestro Señor vino a invalidar la muerte en su propia muerte y resurrección. El hizo que tres cosas quedaran inoperantes para la persona que entrega su vida a Jesucristo: el pecado, la muerte y el infierno. ¡Qué mensaje para darlo a los que se preocupan con la muerte!

Una vez en mi vida luché con mis dudas en cuanto a creer que la Biblia es al autorizada Palabra de Dios. Fui a una montaña y pus mi Biblia sobre la cepa de un árbol. Luego oré: “¡Oh Señor, no entiendo todo lo que dice este libro! Pero lo acepto como tu Palabra por medio de la fe.” Mediante la fe acepté la Biblia como la Palabra del Dios viviente, y no he vuelto a dudar desde entonces.

Cuando cito las Escrituras, sé que estoy citando la Palabra de Dios. Es el mensaje autorizado de Dios para nosotros. Es el Libro infalible.

Necesitamos saturarnos de la Palabra de Dios y de la oración. Una razón por la cual la gente escuchaba a Jesús es que El hablaba con autoridad.

Un pastor lebrar un culto dominical para niños a las ocho y treinta de la mañana. Empleaba palabras sencillas, ilustrando su mensaje con representaciones gráficas. Casi un año más tarde asistían al culto dominical de niños más personas mayores que al culto regular de las diez y treinta porque podían entender mejor lo que decía el pastor. A la gente le gusta le sencillez. Creo que ese fue uno de los secretos de nuestro Señor. La gente del pueblo lo oía con gozo. El hablaba el idioma del pueblo.

Trasmitamos el evangelio mediante nuestro amor por los demás. Jesús dijo: “E esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” ¿Ama usted de veras a los demás? ¿Se lo demuestra? ¿Perciben ellos su compasión?

Uno de nuestros evangelistas asociados estaba predicando en una universidad. Trataba de ganar a los estudiantes para Cristo, pero había una reacción hostil. Sobre todo una muchacha mostraba su hostilidad. Después de la disertación, ella se acercó al evangelista y le dijo: “No creo nada de lo que dice.” El le dijo: “Siento que no esté de acuerdo conmigo, ¿pero le molestaría que orara por usted?” Ella respondió: “Nadie ha orado por mí nunca, y supongo que eso no me haga daño.”

El inclinó la cabeza y comenzó a orar. Ella permaneció mirando al frente, pero de repente notó que, mientras él oraba, le corrían las lágrimas por las mejillas. Cuando él abrió los ojos, ella estaba llorando. Entonces le dijo al evangelista: “Nadie había derramado una lágrima por mí en toda mi vida.” Luego se sentó en el banco y aceptó a Cristo como su Salvador.

¿Cuántos hemos amado tanto a otros que hayamos derramado lágrimas por ellos?

En el amor que demostremos por los demás está implicado un mandamiento social de las Escrituras. Contemple al Señor. El tocó al leproso. ¿Puede imaginarse cómo se sintió el leproso al ser tocado? El leproso tenía que ir por todas partes pregonando: “¡Inmundo! ¡Inmundo!” Entonces Jesús lo tóco.

Jesús estaba enseñando mediante el ejemplo, así como por medio de preceptos, que tenemos responsabilidad con los oprimidos, los enfermos y los pobres. A veces la mejor manera de acercarnos a ellos es tocarlos con nuestra compasión. Sí, debemos amar a la gente y tener una compasiva preocupación de la gente; nosotros debemos tener compasión también.

Los que más profundamente han influido en mi vida no han sido los grandes oradores ni loe predicadores elocuentes, sino los hombres y mujeres santos que Dios puso en mi camino. El apóstol Pablo dijo: “Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre.” Debemos tomar eso en serio. Debemos ir al mundo en el nombre de Señor Jesucristo.


Asociación Billy Graham

 

¿Alguna vez ha rescatado a alguien que estaba ahogándose? Si lo ha hecho, sabe como las víctimas a menudo luchan contra los rescatadores debido a la histeria de ese momento aterrador. Lo mismo es a menudo cierto cuando se intenta rescatar a los que dan traspiés espirituales debido a que su fe ha naufragado.

El escritor y maestro Howard Hendricks cuenta de un joven que se alejó del Señor Jesucristo pero que finalmente un amigo que realmente lo quería logró rescatarlo. Después del pleno arrepentimiento y restauración, el doctor Hendricks le preguntó a este creyente cómo se había sentido mientras estaba en el mar, en aguas profundas, en problemas serios, y todos sus amigos estaban en la orilla lanzándole acusaciones bíblicas en cuanto a justicia, castigo, y obrar mal. Él respondió:

               “Hubo un hombre que nadó para rescatarme y no me soltó. Yo luché contra él,
               pero él hizo a un lado mi lucha, y me agarró, y me puso un salvavidas, y me arrastró
               a la playa. Y él, por la gracia de Dios, es la razón por la que fui restaurado. No me soltó.”¹

En Santiago 4:11-12 el escritor no prohíbe a los creyentes que consuelen a los que se han descarriado; más bien, advierte contra los creyentes que con malicia difaman a otros. Jesús subrayó esto mismo en Mateo 7:1-4. La conclusión que muchos creyentes han derivado de estos dos pasajes se puede reducir a dos palabras: ¡No juzguen!

Pero, ¿qué hacer en esas ocasiones cuando un hermano o hermana en Cristo se alejan del Señor? ¿Acaso no deberíamos intentar rescatar a aquellos cuya fe ha naufragado? O, ¿les dejamos sencillamente que perezcan? El clímax de las palabras de Jesús en el pasaje de Mateo responde a esto que parece dilema. De acuerdo a Jesús, hay lugar para quitar la paja del ojo de otros creyentes (7:5). Pero, recuerde, hay pocos lugares en nuestros cuerpos más sensibles al toque que el ojo. Y, tal como sacar algo de un ojo físico requiere extrema sensibilidad, lo mismo se exige al tratar de quitar las pajas espirituales del ojo de nuestro hermano o hermana en Cristo...

Continúe leyendo en este enlace: Visión para Vivir



Gracias a la teoría de la evolución, ahora el naturalismo es la religión dominante de la sociedad moderna. Hace menos de un siglo y medio, Charles Darwin popularizó el credo para esta religión secular con su libro El origen de las especies. Aunque muchas de las teorías de Darwin sobre los mecanismos de la evolución fueron descartadas ya hace mucho tiempo, la doctrina de la evolución ha logrado mantener el estatus de un artículo fundamental de fe en la mente moderna popular. El naturalismo ha reemplazado al cristianismo como la religión principal del mundo occidental; y la evolución se ha convertido en el dogma principal del naturalismo.

El naturalismo es la perspectiva que toda ley y cada fuerza que opera en el universo es natural en vez de moral, espiritual o sobrenatural. El naturalismo es inherentemente anti-teístico, rechazando el concepto mismo de un Dios personal. Muchos asumen que el naturalismo entonces no tiene nada que ver con la religión. De hecho, un concepto erróneo común es que el naturalismo encarna la esencia misma de la objetividad científica. A los mismos naturalistas les gusta describir su sistema como una filosofía que está en oposición a todas las perspectivas terrenales basadas en la fe, fingiendo que es científica e intelectualmente superior, precisamente por su supuesto carácter no religioso.

Pero no es así. La religión es exactamente la palabra correcta para describir el naturalismo. Toda la filosofía está construida sobre una premisa basada en la fe. Su presuposición básica - un rechazo a priori de todo lo sobrenatural - requiere un gran salto de fe. Y casi todas sus otras teorías deben ser también aceptadas por fe (vea abajo).

Considere el dogma de la evolución, por ejemplo. La noción de que los procesos naturales evolutivos puedan dar cuenta del origen de toda especie viviente nunca ha sido ni será establecida como un hecho. Ni es “científica” en cualquier forma de la palabra. La ciencia trata con lo que puede ser observado y reproducido por la experimentación. El origen de la vida, no puede ni debe ser observado ni reproducido en un laboratorio. Por definición, entonces, la verdadera ciencia no nos puede dar conocimiento alguno sobre de dónde venimos o cómo llegamos a ser. Creer en la teoría de la evolución es una cuestión de fe. Una creencia dogmática en cualquier teoría naturalista no es más “científica” que cualquier otra clase de fe religiosa.

Michael Ruse es un evolucionista quien testificó en los años 80 en el juicio infame del creacionismo en Arkansas (Mclean vs. Arkansas). Durante el juicio, clamó que el creacionismo es una religión porque se basa en suposiciones filosóficas que no han sido probadas. Y dijo: “pero el darwinismo es una ciencia,  porque no requiere presuposiciones filosóficas ni religiosas. Desde entonces, Ruse ha admitido que estuvo equivocado; y ahora reconoce que la evolución “está basada en la metafísica” - arraigada en creencias no probadas que no son más “científicas” que cualquier otra creencia en la cual está basada el creacionismo.


Fuente: Gracia a Vosotros



"Yo tenía nueve años de edad cuando, en 1950, Brasil fue sede de la Copa del Mundo -cuenta Pelé en sus Memorias del mejor futbolista de todos los tiempos-. El día de la final, el 16 de julio, mi padre decidió hacer una fiesta en casa. Invitó a unos quince amigos... y a sus familias. Brasil se enfrentaba a Uruguay, y la fiesta se organizó para celebrar nuestra victoria. Éramos los anfitriones, los favoritos. Para llegar a la final habíamos vapuleado a Suecia y a España -7 a 1 y 6 a 1 respectivamente-, y sólo nos hacía falta un empate para quedarnos con el trofeo".

"En aquellos días no había televisión... Poseíamos una de esas radios grandes y cuadradas, con dos botones... El partido comenzó bien. Brasil anotó primero por medio de Friaça, y todo el mundo se volvió loco. La casa se llenó de gritos y todos saltaban de alegría. Estallaron fuegos artificiales... Al poco tiempo, Uruguay empató, pero permanecimos igualmente confiados. Y luego, cuando faltaban diez minutos para el final, Uruguay anotó nuevamente".

"Todavía se me pone la piel de gallina cuando pienso en aquella tarde y recuerdo la tristeza general. Le dije a Dondinho [mi padre] que no se sintiera triste, pero mi madre me apartó diciendo: 'Deja a tu padre tranquilo, déjalo en paz'. El ruido de los festejos, el estallido de los cohetes y las radios a todo volumen dejaron paso al silencio... Nadie pensó que pudiéramos perder...

"Fue la primera vez que vi llorar a mi padre. Muchos de los padres de mis amigos tampoco podían contenerse. 'Un día ganaré para ti la Copa del Mundo', le prometí a mi padre para hacerlo sentir mejor. (Unos días más tarde, ya repuesto, me contaría que algunas de las personas que estaban en el Maracaná habían fallecido a causa de la impresión).

"Más tarde, el mismo día de la final, fui a la habitación de mi padre, donde había una imagen de Jesús en la pared, y comencé a lamentarme entre sollozos: '¿Por qué sucedió esto? ¿Por qué nos sucedió a nosotros? Teníamos el mejor equipo. ¿Cómo es que perdimos? ¿Por qué, Cristo, por qué se nos castiga?' Continué llorando mientras seguía mi conversación con la imagen de Jesús: “Tú sabes que si yo hubiera estado allí no habría permitido que Brasil perdiera la Copa. Si yo hubiera estado allí, Brasil habría vencido...”

"No hubo respuesta".

¿Por qué será que muchos de nosotros, al igual que el joven Pelé, tenemos la tendencia de pensar que en tales circunstancias a los perdedores Dios los está castigando, mientras que a los ganadores los está premiando injustamente? ¿Será porque se nos olvida que, a diferencia de la mayoría de nosotros, Dios no tiene favoritos?

Lo cierto es que si Cristo hubiera optado por responder al reclamo de Pelé con relación al llamado Maracanazo de 1950, bien podría haberle dicho no sólo que Dios es imparcial, sino también que se complace en darles cosas buenas a todos sus hijos por igual. Una de esas cosas excepcionales era el extraordinario talento con que lo había dotado para jugar el fútbol.

Y sería a causa de esa prodigiosa habilidad que habrían de cumplirse —no una sola vez, ni dos veces sino tres en el lapso de doce años— sus palabras de consuelo a su padre de que un día iba a ganar para él la Copa del Mundo.



Un Mensaje a la Conciencia




¿Son los mandamientos de Dios motivo de ánimo y aliento para usted? ¿Disfruta usted estudiándolos y obedeciéndolos? Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que meditó seriamente en los Diez Mandamientos?

Pero Luis dice usted , ¿quién puede hoy día entusiasmarse con los Diez Mandamientos?

Cuando yo era niño, los mandamientos de Dios en especial los Diez Mandamientos eran enseñados de manera tan legalista que evité todo estudio serio sobre ellos hasta cuando terminé mis estudios en una escuela bíblica. Entonces descubrí cuán poco se ha escrito sobre los Diez Mandamientos.

Nuestra naturaleza pecaminosa hace que corrompamos lo hermoso. La ley moral de Dios a la que el Apóstol Pablo llamó santa, justa y buena (Romanos 7:12) la convertimos en un legalismo opresivo. Tal vez por eso fruncimos el ceño ante la simple mención de los Diez Mandamientos.

Me hacen acordar a mi abuela, que se molestaba sobremanera cuando yo quería salir a jugar los días domingos dirá alguno.

El pensar en los mandamientos me recuerda a mi padre, que se negaba a leer el diario del domingo dirá otro.

Las palabras de Dios no debieran provocar tales reacciones. Volvamos a la ley moral de Dios y sacudamos las cadenas que hemos creado los seres humanos, tal vez sinceros y bien intencionados pero pecadores al fin, que hemos torcido la belleza de los mandamientos de Dios.

Cuando el Señor dio a Israel los Diez Mandamientos, dijo: "Escuchen ustedes, pueblo de Israel, los saqué de la esclavitud no para crear otra esclavitud sino para liberarlos. Si permanecen dentro de los límites que les daré entonces serán libres". Tendrán libertad de acción. De manera que disfruten de todo lo que les he dado."

Pero la declaración de Dios también incluye una advertencia: "Mientras permanezcan dentro de mis límites, serán libres; pero si tratan de cruzar ese límite, nuevamente estarán en esclavitud."

Estoy convencido de que esta es la forma en que Dios quiere que consideremos sus mandamientos. El Apóstol Juan nos recuerda: "Sus mandamientos no son gravosos" (1 Juan 5:3). Sus mandamientos son vida.

Ahora bien, es obvio que no debemos tratar de guardar los Diez Mandamientos para alcanzar la salvación. Todos somos pecadores (Romanos 3:23) y necesitamos un Salvador, Jesucristo (Romanos 5:8). Tanto la Biblia como la experiencia nos enseñan que aunque lo intentáramos, no podríamos guardar los Diez Mandamientos (Romanos 7:1 8:4).

El propósito de los mandamientos de Dios no es proporcionar salvación sino poner un fundamento un fundamento sobre el cual podamos ir agregando en nuestras vidas las características de Jesucristo, que vive en nosotros desde que le recibimos en el corazón (Gálatas 2:20; 3:19 29).

Le aconsejo que pase tiempo meditando en las enseñanzas de Dios. Comience con los Diez Mandamientos en Exodo 20:1 17. Al tiempo que estudia y ora, conteste las siguientes preguntas:

En primer lugar, ¿qué revela cada mandamiento en cuanto al carácter de Dios?

En segundo lugar, ¿de qué me libera cada mandamiento?

Tercero, ¿de qué forma me protege cada mandamiento?

Finalmente, si el amor es el cumplimiento de la ley (Gálatas 5:14), entonces ¿qué es lo que cada mandamiento revela en cuanto al amor?

Creo que una vez que usted responda estas cuatro preguntas, ya nunca mirará los mandamientos de Dios con una actitud negativa. Si usted los considera desde la perspectiva apropiada, descubrirá principios que aumentarán su entendimiento de su Padre celestial, infinitamente sabio y amante.

¿Por qué no hace la prueba?


Luis Palau
Asociación Luis Palau



La vida es un derecho resguardado por la Ley, el Código Civil, el Código Penal y la Constitución misma de la Nación, la cual regulan las conductas típicas humanas. Cuando la Carta Magna de la Nación no es observada, donde el criterio de una amplia mayoría con conceptos sobre la vida se ve distorsionado y modificado por una pequeña minoría, hay que preguntarse ¿qué está pasando?

Este es uno de los temas que nos competen a nosotros como Iglesia, como representantes de un Reino, porque trata del patrimonio de la vida y el derecho a la vida concedido por Dios como un legado a la humanidad. Además la Constitución de cada nación respeta que la vida es un derecho natural y es establecido por normas y jurisprudencia internacional.

Según varios artículos de la propia Constitución chilena, el ser humano desde el embrión ya es un ser sujeto de derechos. Con estas leyes cada juez tiene el deber de proteger al no nacido.

De este importante tema conversaron Christian y Raquel Drazic, del Ministerio Familias en Plenitud, con María Soledad en el programa "Nuevas cada Mañana". Además, en un contacto telefónico desde Argentina, participó la Dra. Ana María García Martín de Parini, que ha diseñado toda una temática de la concepción y de la sexualidad humana y bio ética.

Escuche aquí la conversación completa:




No hay otra práctica más gratificante en la vida cristiana que la memorización de la Escritura. Así es, no hay otra disciplina más útil y más valiosa que ésta. No hay otro ejercicio que pague más dividendos espirituales. Su vida de oración será fortalecida. Su testimonio será más real y mucho más efectivo. Su consejo tendrá mucha demanda. Sus actitudes y perspectivas en la vida empezarán a cambiar. Su mente será más observadora y perspicaz. Su confianza y seguridad aumentarán. Su fe será solidificada y aún sus preocupaciones disminuirán.

La Palabra de Dios está llena de exhortaciones para implantar su verdad en nuestros corazones. David escribe que un joven puede guardar puro su camino, atesorando la Palabra de Dios en su corazón (Salmo 37:31; 119:9-11). Salomón se refiere a esto en Proverbios 4:4.

“Retenga tu corazón mis palabras,
guarda mis mandamientos y vivirás”.

La palabra “retenga” viene del término hebreo que significa: “agarrar, entender, capturar”. La memorización de la Escritura le da una comprensión firme de la Palabra de Dios, y permite que la Palabra le cautive. Salomón también menciona escribir la palabra “en la tabla de tu corazón” (Proverbios 7:3) y tener la Escritura escrita dentro de nosotros para que éstas “estén listas en nuestros labios” (Proverbios 22:18).

Ahora, sabemos que ha sido retado a hacer esto antes. Nuestra pregunta para usted es esta: ¿lo está haciendo? Tal vez esté postergándolo porque tiene bloqueos mentales en contra de la memorización de la Escritura.

Aquí hay algunos consejos prácticos que hemos encontrado útil para memorizar Escritura. Úselos al aprenderse estos versículos, al igual otros que usted descubrirá por usted mismo:

  1. Escoja un tiempo cuando su mente esté libre de distracciones. . .como temprano en la mañana al acabarse de levantar.

  2. Aprenda la referencia repitiéndola cada vez que mencione el versículo. Los números son más difíciles de recordar que las palabras.

  3. Memorice tres versículos (o un pequeño párrafo) de la Escritura que tiene un lugar especial en su corazón.

  4. Lea cada versículo varias veces; tanto en silencio como en voz alta. Escucharse decir las palabras le ayudará a cimentarlas en su mente.

  5. Escriba el versículo que escogió en una ficha bibliográfica y péguela en el espejo de su baño o en su escritorio. Lea estos versículos (en voz alta) cada vez que los vea.

  6. Divida el pasaje de acuerdo a sus frases naturales. Aprenda la referencia y después la siguiente frase. Después repita la referencia y la primera frase, al repetir la segunda frase. Y así continúe añadiendo frases una por una.

  7. Aprenda un poco con perfección, en lugar de mucho deficientemente. No se apresure al siguiente versículo hasta que pueda decir el versículo anterior perfectamente, sin ver su Biblia.

  8. Resuma los versículos inmediatamente después de hacer este proceso. Después de veinte o treinta minutos repita lo que ha memorizado. Antes de que el día termine, afirme los versículos en su mente repasándolos quince o veinte veces. (Usted puede hacer esto al conducir o al hacer sus deberes).

  9. Use el versículo prácticamente lo antes posible. Después de todo, el propósito de memorizar la Escritura es práctico, no académico. Use los versículos en conversaciones, en cartas, en enseñanzas, en oraciones, en consejerías, en cada oportunidad diaria. Relacione lo que ha aprendido con su situación diaria. Le encantarán los resultados.

  10. Una vez que haya aprendido sus versículos, pídale a un amigo(a) que sepa caligrafía (escritura elegante) que los escriba para usted. Si tiene un poco de dinero extra, enmarque esta pieza para recordar este evento importante en su vida: el día en el que aprendió un pasaje entero de la Palabra de Dios.


¿Está listo para comenzar a invertir en algo que le garantiza beneficios espirituales? ¿Está listo para fortalecer su vida de oración y tener un testimonio agudo? Si lo está, abra su Biblia a su pasaje favorito y comience a memorizar ese pasaje. Otra opción puede ser comenzar a memorarizarse los versículos destacados en el recurso de este mes, Escrituras para la Práctica de la Vida Cristiana, que le enviaremos en agradecimiento por su donativo al ministerio. Nunca se arrepentirá de esta inversión... beneficios eternos son garantizados.

Para empezar, aquí hay algunos pasajes que enfatizan la importancia de memorizar Escritura: Salmo 37:30-31; Salmo 119:9-16; y Mateo 4:1-10.


Visión para Vivir



mañana de edificación

 

conversaciones en armonia 16 horas entre hermanos y pastores